Mi yegua no está bien domada, ni para la disciplina que hago ni para nada.
La compré con 6 años y venía con más problemas psicológicos que ningún otro caballo que haya visto. Por decirte que se ponía a temblar hasta al escuchar el ruido de su orina al tocar el suelo....

He ido con ella por el campo y me he montado a pelo. Pero jamás se me ocurriría pedirle que galopara en el campo, porque sé, que lo pasaría fatal. Necesita tener tiempo de asimilarlo todo, y a galope, seguramente nos mataríamos las dos. Ya he dicho alguna vez que el primer año que estuvo aquí, en parte a cómo era y en parte por un mal profesor que tenía, la yegua terminaba levantándose de manos y subiéndose (literalmente) a las paredes, ya fuera en la cuadra como en la pista.
Ya bastante he conseguido con ella ahora, que está tranquila, casi no se asusta (algún fantasma de vez en cuando), y confía plenamente en mi pie a tierra.
Pero sí lo he hecho con mis anteriores caballos: Iskia y Twister. En ambos casos sin ninguna cabezada, y en el caso de Twister, era un potro entero.
Y te juro que me costaba millones de veces más enseñarles una cesión a la pierna que no que confiaran en mi y en mi voz.
Y sí, la sensación de libertad es brutal, hasta que el caballo pilla un agujero en el suelo y te espiñas con él encima

