No he llegado a irme de la montaña de Palencia, y viendo mis fotos ya siento bastante melancolía con dejar estos paisajes. Hoy es el último día que paso aquí, hace una semana que di mis últimos paseos. Sé que pronto estaré en un sitio muy distinto, ni mejor ni peor, sólo diferente. La luna está en fase creciente, ojalá para cuando esté llena ya haya podido llevar a mis potras a Comillas. Me muero de ganas de pasear por la playa con luna. Llevaré cámara y haré vídeo, que cuelgo en you tube. Pero me dejo aquí en este rincón del mundo siete!! años de mi vida, muy ligada a caballos. Era mi sueño y lo cumplí, volver a tener caballos. Por razones de trabajo hubo un paréntesis en mi vida en el que no pude tener caballos, pero siempre pensaba "donde llegue, me compro un caballo", dicho y hecho, con los comentarios de familia y eso "estás loco, pero qué dices, y cuándo te vayas, ¿qué haces con ellos?" . Pues ni caso, yo a lo mío. La primera yegua que tuve (Hann, Goya el Rasillo, preciosa!), me empeñé en hacerla criar, y la mala fortuna se cebó conmigo, mucho esperar, mucha ilusión, tiempo y dinero invertidos, y me quedo sin yegua y sin potro. En un mes ya había recobrado la ilusión, para criar más caballos, que hoy me hacen tan feliz. Pues con ellas me voy a vivir a la costa del Cantábrico, que Dios nos acompañe.