Creo que antes de eso habría que hablar del ritmo, del trazado riguroso sobre las diferentes figuras que vamos haciendo, y sobre el hecho de que nuestras manos controlan las espaldas y manos del caballo y nuestras piernas la grupa y los pies, mientras que el resto de nuestro cuerpo forma la comunicación entre pies y manos (flexibilidad de la musculatura debajo de la montura y detrás de ella) para llegar a obtener dicha incurvación lateral.
No antes sin decir que un caballo no irá incurvado nunca alrededor de nuestra pierna si no sabemos controlar la espalda y la grupa enseñando al caballo a pisar correctamente y a utilizar debidamente sus articulaciones. También es importante decir que cuando un caballo está rígido, no siempre es bueno incurvar hacia dentro hacia las dos manos puesto que cuando están rígidos tienden a tener la espalda hacia un lado y la grupa hacia otro y tendremos que ponerlo recto primero para luego poder incurvar...
Cuando aprendemos a controlar la espalda y la grupa y sabemos mover una y otra hacia donde queremos, el contacto en la rienda exterior surge como una necesidad sin tener que buscar demasiado.
Generalmente tendemos a obsesionarnos mucho en cerrar el caballo con la mano, miramos la mano y el cuello del caballo sin tener en cuenta precisamente que la movilidad de las extremidades y el rigor del trazado manteniendo un ritmo constante viene mucho antes que eso...
Lo que has dicho Taber, se podría escribir un libro sobre eso jeje. Interesante tema por cierto. No soy experta en doma clásica pero el trabajo de base del caballo me fascina en todas las áreas.
