pues yo no lo veo raro. La yegua es más lista que tú. Ha aprendido cómo puede salirse con la suya y lo repite. Se ve que te falta experiencia y por eso no consigues ponerle el hierro.
La solución pasa por conseguir colocarla de lado a tí, de modo que puedas acercarte a la cruz al menos. Eso se hace en el box y siempre dejando la puerta del mismo a nuestra espalda. La obligas a moverse chasqueando la lengua o, si no te hace caso, sonandole una vara (ni siquiera te hará falta tocarla), hasta que la tengas a tu lado. Si ves que no te deja acercarte a la cara, usa el ramal y pasaselo sobre la cruz, recogiendolo por debajo del cuello. Tras esto tira de él hasta que tengas la cara a mano y ponle la cabezada.
Para ponerle el hierro, quita la cabezada de cuadra de la cabeza y ponsela alrededor del cuello. Colócate tras su cabeza y delante de su pecho, de modo que la cabezada de cuadra quede delante de ti. Pasa la mano derecha alrededor del hocio y sostenlo por la nariz, donde estaría la muserola. No dejes que levante la cara, si hace falta tira hacia tí. Con la mano izquierda coges el hierro por uno de sus lados con todos los dedos excepto el pulgar y, en el hueco se sus encias le metes este dedo para que abra la boca y, tras el dedo, mete el hierro. Una vez metido el hierro, con tu mano derecha agarra la carrilada de la cabezada y ve deslizando tu mano sin soltar la cabezada hacia la testera.Una vez la mano derecha arriba coges la izquierda para meterle una oreja y, a continuación la otra.
Al tiempo de hacer esto no te pondrá tantas dificultades. Por cierto, untar el hierro de aceite de oliva además de prevenir el óxido del mismo hace que el caballo, a la larga, abra la boca por gustarle el sabor del mismo.