A mí tambien me costó irme de la primera hípica que probé porque cogí cariño al sitio, a los caballos y a los compañeros, pero es verdad que no enseñaban bien, los caballos no estaban del todo bien y todo fueron ganancias en la nueva hípica a la que fui, que ayudaron a escoger aquí en el foro, en especial
@B.E que me recomendó una hipica con equipo de doma y la verdad es que ahí sigo y muy bien.
También he probado otras hípicas, por ejemplo, doy clases de salto cada dos semanas para mejorar cosas que en clásica no se tocan tanto por lo que sea. Y eso me ha ayudado muchiiisimo.
En cada hípica monto mínimo 3 caballos diferentes y aunque tengo mis caballos favoritos, siempre intento montarlos de la "misma manera" pero adaptándome a como es el caballo y lo que necesita de mi para funcionar. Ahí es donde verdaderamente aprendes.
Es muy cómodo ir con un caballo bien domado o con el que simplemente conectas bien y te lee las intenciones. Pero suelen ser caballos sensibles que no te permiten una patadita de más o un tirón de boca (cosa muy buena cuando ya vas avanzando y necesitas ser más refinado y sutil en tus ayudas).
Pero luego te toca el caballito sordo o el viejito y tienes que utilizar toda tu energía para moverlo y acabas hecho polvo, jajaja, o el caballito maestro que es más listo que el pan y aunque es trabajador, si puede "tomarte el pelo" lo hará para ver si estás fino y ver si puede currar menos.
Como ves, es muy enriquecedor montar caballos diferentes, aunque a veces sea frustrante, también es divertido.
Lo que está claro es que un profesor jamás debe gritarte, faltarte al respeto o insinuar que eres un inútil. Eso es una linea roja que no se debe traspasar. Ahí es donde tú te tienes que plantar y, o hablar seriamente, o marcharte.