Bueno….yo no me atreví a responder porque sé lo justo para andar por casa para solucionar problemas de comportamiento, pero si nadie más lo hace, aunque supongo que a estas alturas también lo solucionaste -aunque a veces nos van surgiendo problemas nuevos que se asientan en otros comportamientos que no hemos solucionado aunque no estén directamente relacionados- a ver si te sirvo de algo…..
Bueno…ese gesto con esa descripción sin verlo y sin contextualizarlo me parece un error que yo te diga a qué se debe y cómo corregirlo ¿vale? Es más si me equivoco, como podría ser al no haberlo visto ni haber podido contextualizarlo, pudiese ser contraproducente el consejo que te dé, pero esto es un foro y los foros tienen limitaciones y riesgos, así que dejando eso claro sigo:
En mi experiencia con bicharracos ajenos a los que no me queda más remedio que poner los puntos sobre las “i”es cuando me toca hacerme cargo de ellos, es un gesto muy típico que hacen cuando les empiezas a poner en su sitio, pueden ser o bien caballos “dominantes” con mala o ninguna doma, caballos que han sido malamente domados “a palos” –un tipo de doma extendida por aquí- y no ha funcionado volviéndose intratables–una bofetada a tiempo hace milagros decía mi padre, pero desafortunadamente las bofetadas a destiempo con caballos pueden hacer estragos-, o potros consentidos(de hecho ese gesto es uno de los que me temía que le hiciese Wendy a Loyche en otro post cuando empezase a no dejarse adelantar del ramal etc.) Significa algo así como : “ me quedo con ganas de hacerte un mal gesto pero me contengo. “, es decir: Está mostrando su disconformidad con el lugar que le asignas. Normalmente se contienen y la cosa no pasa de ahí, sobre todo si tienes un animal ya domado, pero el paso siguiente no es raro que sea un amago de levantarse de manos, aunque puede quedar sólo en un intento de adelantamiento.
Ahora, podemos estarnos refiriendo al mismo gesto o no, y desde luego no es muy normal que te lo haga un animal de diez años domado, aunque esté entero, que dices que es bueno: ……..¿ Has tenido problemas alguna vez para poner en su sitio a un caballo? ¿crees que te está midiendo? ¿notas –humanizando- cierta altanería o soberbia en el gesto? ¿ te desagrada, te incomoda que lo haga, te intimida un poco?
Sí has respondido sí a todo, pudiese ser el mismo gesto.
Te digo lo que haría en tu lugar:
-Te toca convertirte en un león –y creerte bien el papel-:
Cuando vayas del ramal y notes que comienza a hacerlo –y cuanto antes mejor- te das las vuelta sobre los talones bruscamente y adelantas el cuerpo –no los pies- hacia él mostrándote tan intimidatoria como sepas, pero no grites, no hagas ningún sonido siquiera, ni hagas aspavientos, sólo adelanta tu cuerpo, sobre todo desde la cintura, rápida e intimidatoriamente hacia él para hacer que retroceda. Tienes que mover con tu cuerpo imaginariamente la masa de aire que hay entre tú y él como si esa masa fuese capaz de empujarle. Esa es la idea. Tienes que conseguir que retroceda. Aunque sea medio paso.
A. Si retrocede en el primer intento es una buena señal…. te mantienes desafiante y firme–no agresiva, ni violenta, hay matices- en tu sitio unos instantes y que no se le ocurra acercarse a ti ni medio palmo. Después sigues del ramal, y que mantenga distancia.
B. Si no retrocede, -muy raro en un caballo ya domado como dices- te va a tocar:
B.1.Subir intensidad: en el siguiente “abalanzarte como un león” vas a tener que subir la intensidad –si empiezas desde la intensidad máxima –grito, aspaviento, agitar fusta etc te quedas sin recursos para otro intento, en este caso concreto, en otros llegados a cierta situación necesitas usar la intensidad máxima como te explicaron antes, para cortar por lo sano-.
En el siguiente intento gírate de repente y adelántate hacia él buscando que retroceda. No lo toques, tienes que imaginar que es la masa de aire que hay entre tú y él la que vas a empujar hacia él para que retroceda. Ensáyalo antes donde te sientas a gusto porque no estamos acostumbrados a usar nuestro lenguaje corporal libremente y nos cuesta “desatarnos” un poco, y en este caso tienes que lograr sólo con tu cuerpo y tu actitud que retroceda.
Si sigue sin retroceder intenta hacer intentos en los que subes de nivel, haz aspavientos, alejalé con ellos, un no enérgico , -pero no un “numerito” de enfado-.
La última alternativa es darle un pequeño empujón que le haga retroceder, y adelantarte hacia él, reveindicando tu lugar…yo esto no lo recomiendo mucho porque hay bichos sobre todo si han estado acostumbrados a un mal uso de la violencia que pueden devolvértela, en el momento o después. Les impresiona más que los hagas retroceder sin tocarlos, si ya los has tocado es posible que no sea tan efectivo. Antes de recurrir a un empujón, sobre todo con bicharracos avasalladores –que no es tu caso- yo recurro a:
B.2. Paso atrás: les enseño el paso atrás pie a tierra, -que seguramente el tuyo ya le hayas enseñado, y de paso a mover cualquier parte, espaldas, grupa etc cuando se lo indiques-. Por supuesto se lo enseño cuando esté tranquilo, como “juego” recompensándole, etc, no hace falta que dé muchos trancos hacia atrás , y una vez lo entienda y sea capaz de repetirlo no abuses jamás de este gesto porque es muy útil, pero si haces un uso abusivo cuando lo necesites habrá perdido el verdadero significado que tiene, el que tiene entre caballos, así se comunican ellos: ¡ aparta! ¡retrocede!- y te quedarás sin un arma bastante poderosa, sobre todo con un animal con el que te vas a comunicar practicamente siempre pie a tierra como un pony.
Enséñale a retroceder como un ejercicio más, distendidamente, premiándole etc pero cuando vuelva a levantarte el cuello etc te olvidas y le haces retroceder enérgicamente con la orden con la que le hayas enseñado, exigiendo. Una vez saben el paso atrás ya es muy fácil que cedan en esa primera resistencia que oponen.
En principio esto debería bastarte para eliminar ese gesto –si hablamos del mismo-, pero debe ser acompañado de que le dejes las cosas claras –mordiscos, que no se salga con la suya etc- en todos los niveles.
Ah, hago notar aprovechando mi papel de demagogo y “ de los baratos” –je,je-, que en este consejo estoy incluyendo el uso del “MIEDO”, del temor del caballo, asustándolo para alejarlo, incluso de la “FUERZA” si llegase a necesitar empujarlo, y que en el consejo anterior sobre mordiscos se aconsejó el uso de la “FUERZA” hasta casi rozar la “VIOLENCIA” para generar “DOLOR”.
Y NO PASA NADA, porque la FUERZA, el MIEDO, el DOLOR y la VIOLENCIA existen en la naturaleza como formas de comunicación.
Es nuestra obligación como seres humanos superiores minimizarlas y sustituirlas por nuestra inteligencia siempre que nos sea posible, y cuando no nos lo sea, manejar y dosificar su uso de la forma más acertada y eficaz que seamos capaces.
Pero también es nuestra obligación como únicos seres vivos capaces de un Lenguaje superior, complejo, y abstracto: utilizarlo para llamar a las cosas por su nombre.
Y partir de un vocabulario honesto es un primer paso imprescindible para construir una relación honesta con nuestros caballos e intentar avanzar en ella, que ya va siendo hora.