Obligar a trabajar? Sumisión? Firmeza?

Guarina

Miembro veterano
17 Febrero 2022
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Que igual con este título el tema podrás encajar en otro tipo de foro pero va de caballos ;)

A ver si ordeno mis ideas y me hago entender. Mi profe dice que soy poco firme con los caballos en general, que les dejo "salirse con la suya" con facilidad y por eso me cuesta luego hacer según qué ejercicios, y es verdad que algo de eso hay. Me da miedo hacerles daño, o forzar demasiado y suelo llevar las riendas flojas casi siempre. El otro día empezamos regular la mañana, no se dejaba poner la cabezada, luego no me dejaba subir, después se comía pista en cada rincón, y al final le pedí galope y poco menos que hizo lo que le dio gana. Según mi profe si me hubiese puesto más firme en el primer momento no hubiese pasado la clase entera peleando, él dice eso de "más vale una vez colorado que ciento amarillo". Y quizá tenga razón, esta semana con las riendas más cortas y más firmeza en la mano el animal estaba más pendiente de mí, más atento, concentrado y también más sumiso.

El caso es que hablando con otras dos alumnas de otra clase me decían que a ellas les pasa lo mismo, que les cuesta esto de obligar a trabajar al animal, imponerse y hacerse con el mando desde el primer momento. Una de ellas me contaba que cuando el caballo no le dejaba montarse y al final le convencía a base de mimos y palabras luego se sentía muy bien por haberlo conseguido "por las buenas", pero es cierto que a veces el caballo te deja subir, pero luego está probando durante toda la clase, es casi como un niño que esta buscando dónde están los límites todo el tiempo, " ¿a ver qué pasa si recorto pista? ¿A ver qué pasa si no salgo al galope cuando me lo pido? ¿A ver qué pasa si me doy la vuelta para ir con mi amiga de manada en vez de ir primero en la tanda que no me gusta? (normalmente somos entre 2 y 4 alumnos por clase).

Y confieso que me cuesta encontrar ese equilibrio, me cuesta obligar a trabajar al animal sólo para mi disfrute, aunque luego pienso que la alternativa es en general peor para el caballo. Me da miedo hacerle daño en la boca así que llevo las riendas totalmente sueltas e intento llevarle sólo con las piernas, pero igual es mejor llevar las riendas más firmes al inicio de la clase y aflojar después, cuando ya esté "sumiso", que tener que estar peleando toda la hora.

Mi profe me dice que no es cuestión de sumisión sino de atención y de determinación a la hora de transmitir las órdenes. Que si el caballo me siente dubitativa va a responder peor que si se siente firme, un "vas a hacer este ejercicio porque es lo que tenemos que hacer ahora y punto". Y creo que tiene razón, me ha pasado ya con tres caballos distintos, que empiezan muy bien, damos 4 o 5 clases estupendas, y luego van cada vez poniéndomelo más difícil, poco a poco van probando límites hasta que acabo por tener que pelear con ellos toda la clase (y suelo perder claro ).

Hablaba con estas dos alumnas que muchas veces nos cuesta imponer nuestra voluntad tanto a otras personas como a los caballos, quizá es que nos falta asertividad , quizá es que al caballo es imposible convencerle negociando como harías con otra persona, quizá es que los caballos de escuela están muy "resabiados". Probablemente sea un poco de todo.

En fin, que esto de montar al final te pone delante de un espejo, lo bueno y lo malo, no hay forma de esconderse de un caballo.
 
Los caballos buscan la forma más cómoda de estar. Y el secreto es llevarles a que la forma de sentirse cómodos es trabajando, estando atentos, haciendo las esquinas equilibrado, con un buen contacto y redondo. Para eso está la técnica de la equitación. Y el saber pedir, exigir y premiar cuando necesario, pero hay que pedir. Es como cuando quieres ponerte en forma, pues al principio no te apetece ejercitarte, si te obligas, terminas con un montón de beneficios. Con el caballo pasa lo mismo. Una vez bien musculado, atento, con buen contacto y equilibrado, se sentirá cómodo y dejará de "probar de evadir" cosas.

Eso y luego las cuestiones de caballos más o menos dominantes que hacen más o menos lo que les da la gana conforme les dejamos. Entender su lenguaje y cómo pedir las cosas es esencial.
 
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Que igual con este título el tema podrás encajar en otro tipo de foro pero va de caballos ;)

A ver si ordeno mis ideas y me hago entender. Mi profe dice que soy poco firme con los caballos en general, que les dejo "salirse con la suya" con facilidad y por eso me cuesta luego hacer según qué ejercicios, y es verdad que algo de eso hay. Me da miedo hacerles daño, o forzar demasiado y suelo llevar las riendas flojas casi siempre. El otro día empezamos regular la mañana, no se dejaba poner la cabezada, luego no me dejaba subir, después se comía pista en cada rincón, y al final le pedí galope y poco menos que hizo lo que le dio gana. Según mi profe si me hubiese puesto más firme en el primer momento no hubiese pasado la clase entera peleando, él dice eso de "más vale una vez colorado que ciento amarillo". Y quizá tenga razón, esta semana con las riendas más cortas y más firmeza en la mano el animal estaba más pendiente de mí, más atento, concentrado y también más sumiso.

El caso es que hablando con otras dos alumnas de otra clase me decían que a ellas les pasa lo mismo, que les cuesta esto de obligar a trabajar al animal, imponerse y hacerse con el mando desde el primer momento. Una de ellas me contaba que cuando el caballo no le dejaba montarse y al final le convencía a base de mimos y palabras luego se sentía muy bien por haberlo conseguido "por las buenas", pero es cierto que a veces el caballo te deja subir, pero luego está probando durante toda la clase, es casi como un niño que esta buscando dónde están los límites todo el tiempo, " ¿a ver qué pasa si recorto pista? ¿A ver qué pasa si no salgo al galope cuando me lo pido? ¿A ver qué pasa si me doy la vuelta para ir con mi amiga de manada en vez de ir primero en la tanda que no me gusta? (normalmente somos entre 2 y 4 alumnos por clase).

Y confieso que me cuesta encontrar ese equilibrio, me cuesta obligar a trabajar al animal sólo para mi disfrute, aunque luego pienso que la alternativa es en general peor para el caballo. Me da miedo hacerle daño en la boca así que llevo las riendas totalmente sueltas e intento llevarle sólo con las piernas, pero igual es mejor llevar las riendas más firmes al inicio de la clase y aflojar después, cuando ya esté "sumiso", que tener que estar peleando toda la hora.

Mi profe me dice que no es cuestión de sumisión sino de atención y de determinación a la hora de transmitir las órdenes. Que si el caballo me siente dubitativa va a responder peor que si se siente firme, un "vas a hacer este ejercicio porque es lo que tenemos que hacer ahora y punto". Y creo que tiene razón, me ha pasado ya con tres caballos distintos, que empiezan muy bien, damos 4 o 5 clases estupendas, y luego van cada vez poniéndomelo más difícil, poco a poco van probando límites hasta que acabo por tener que pelear con ellos toda la clase (y suelo perder claro ).

Hablaba con estas dos alumnas que muchas veces nos cuesta imponer nuestra voluntad tanto a otras personas como a los caballos, quizá es que nos falta asertividad , quizá es que al caballo es imposible convencerle negociando como harías con otra persona, quizá es que los caballos de escuela están muy "resabiados". Probablemente sea un poco de todo.

En fin, que esto de montar al final te pone delante de un espejo, lo bueno y lo malo, no hay forma de esconderse de un caballo.
A mi me pasa algo parecido, aunque no creo que sea por falta de asertividad. Suelo llevar las riendas cortas, a veces demasiado y ahí ya empezamos mal porque la yegua según dice mi entrenadora se pone nerviosa. Los principios de clases siempre suelen ir genial, las yegua y yo nos entendemos perfectamente y hace lo que yo quiero, así que me dedico a perfeccionar cosas, es decir, ella cuando yo se lo pido me hace un círculo, pues como no tengo guerra le presto más atención a hacer el círculo bien redondo, con la incurvación correcta y demás. Pero luego está el tema galope, no hace mucho que galopo, las primeras clases fueron genial, la sacaba a galope y hacía más o menos lo que yo quería, luego tuvimos una racha mala que no la sacaba casi nada, una o dos veces a la clase y sólo en la mitad de un lado largo, luego lo hicimos otra vez mejor, pero ahora de nuevo no hay quien la saque pero esta vez ni una por clase, además tengo una manía que según dice mi entrenadora, es como que me arrugo, es decir, que bajo la cabeza y supongo que cerraré lo hombros, por lo que se me sale la cadera y no sigo el ritmo y ahí es cuando empieza el problema, esta yegua si a las primeras veces que la sacas no lo haces bien o las molestas en la boca, empieza a probarte/ no hacer caso, como lo queráis llamar, no se pega a la pista, se come las esquinas, cabecea, a veces se bota, etc, yo cuando empieza con este roll me pongo nerviosa y aunque la lleve a la pista con un truco que me enseñó mi entrenadora (pero que la yegua después de hacerlo muchas veces ya se lo sabe) pero en cuanto la llevo a la pista y dejo de presionar vuelve a irse, esto pasa diariamente y yo tengo una frustración en el cuerpo…cuando hace esto suelo acortar riendas (inconscientemente) y esto seguramente empeora la situación.
 
Con un caballo que galope bien a la cuerda y haga bien las transiciones se resolvería el problema, porque el miedo de dañar la boca debe dejar de existir cuanto antes y la única manera de que deje de existir es aprendiendo a utilizar las riendas y aprendiendo el mecanismo de pedir las cosas o enseñarlas al caballo.

En el caso del galope, sólo pedir con las piernas no es suficiente, principalmente si el caballo no va redondo y en la mano, y aún así, la rienda exterior es muy útil siempre, pero hay que saber cómo utilizarla.

El tema es que hay mucha coordinación que hacer y no hay mejor forma de aprender a coordinar las ayudas que a la cuerda. Mientras el profe dice qué ayudas utilizar con la intención, asiento y la pierna, las riendas están en un nudo, las manos están quietas o agarradas a un collar, o detrás de la espalda, y cuando se aplican las ayudas de las piernas, el profe echa una mano y pide galope al caballo si éste no sale sólo con la ayuda de las piernas. Poco a poco se va quitando ayudas hasta que quede sólo la intención, el asiento y la pierna del jinete.

Una vez aprendida esta coordinación, llega la vez de pedir incluyendo las ayudas de las riendas, y hasta que esto no esté muy mecanizado, no deberíamos andar sueltos por la pista intentando pedir galopes ni transiciones ningunas, por bien de nuestra espalda y por bien de la boca y dorso del caballo que montemos.

Claro que esto parece un poco utópico y probablemente se paga más por este tipo de clases, pero yo lo he hecho con alumnos y me ahorro 100 clases en que se dice rienda no sé qué, pierna tal, por la pista, no dejes que...sé firme, bla bla bla. Sin grandes resultados. El alumno termina por ahorrar un montón de dinero en clases que no le avanzan demasiado. Sí, hace quilómetros, que también son necesarios para toda la equitación, pero también se pueden hacer después de aprender la base de la aplicación de las ayudas...Y luego se harán mucho más a gusto.

Esto es un mero ejemplo de cómo se puede enseñar. Seguro que vuestro profesor sabe también la forma de enseñarlo a la cuerda, es una cuestión de pedirle unas clases a la cuerda hasta que mecanicéis las ayudas de lo que sea que esté faltando. El dinero gastado en intensivos de asiento y aplicación de ayudas es siempre poco en relación a los beneficios que trae para la equitación en el futuro.

Es importante aprender a pedir las cosas, saber insistir, y saber relajar cuando el caballo responda, todo son energías diferentes y la pena que tenemos de pedir las cosas o de exigir, no ayuda en absoluto, al revés, provoca inseguridad en el caballo puesto que el caballo no entiende el concepto pena. Entiende la energía (negativa) que viene asociada a ella. Cuantas más veces pedimos en estado de pena, frustración o decepción, peor van los caballos y menos quieren que estemos cerca. De ahí que empiezan a probar todas las mañas para no querer hacer lo que se les pide. En el fondo, terminan bloqueando más que otra cosa.

Espero que esto ayude.
 
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A mi lo de el miedo, la inseguridad, etc, me pasaba al principio. Yo llevo un año montando, o lo que es lo mismo, 52h montando (que aun es muuuuy poquito, que rápido pasa el tiempo jaja) pero ya no tengo ese problema desde hace al menos la mitad de tiempo.

En mi caso, fue clave para mi comprender el lenguaje del caballo para entender lo que trata de decirte y sobretodo, saber como pedir. Aun estoy aprendiendo y me queda mucho, pero ha sido una grandísima ayuda para eliminar inseguridades. Desde luego, desde que ya no tengo "miedo", sino respeto y cuidado, puedo subirme a cualquier caballo y entenderme con el al menos, como para hacer paso, trote y galope. De esto le debo muchísimo a @nikys , es una gran profesora! Y sobretodo a mis profesores que me indican en todo momento, cuando realmente le estoy haciendo mal al caballo (un giro muy brusco, un tirón de rienda...) y cuando debo ser mas insistente y firme, que no abusiva ni colérica con el caballo.

Bien, dicho esto, nuestra actitud es muy muy importante. Se que puede sonar sencillo, al principio el caballo es un animal que nos fascina y nos causa respeto, miedo, o nos gusta tantísimo que temblamos de la emoción y de los nervios. Es difícil controlar eso, tienes que pasar tiempo entre caballos para habituarte, para que te parezcan uno mas, un igual, un compañero, no un ser mitológico en peligro de extinción al que podemos matar de un suspiro, jajaja :D son animales físicamente fortísimos, que pueden con muchísimo mas de lo que imaginamos y tienen la piel muy muy dura (y a veces también la cabeza, jajaja) con lo cual, ser firmes con ellos para controlar y redirigir toda esa fuerza y energía es crucial.

Tienes que hacerle saber, que te lleva encima y que cuando tu vas encima, tu mandas. No te va a odiar por ello. Te agradecerá que seas mas decidido y se sentirá cómodo con alguien llevando las riendas de la situación, nunca mejor dicho. Pero para ello primero tienes que creértelo tu. Tienes que creer que puedes hacerlo. Si no te lo crees, poco hay que hacer. Sois compañeros, antes de empezar cada clase, yo le digo al caballo: bueno, vamos a hacer una buena clase, a que si? Pues claro que si, te vas a portar fenómeno. Y el caballo no entiende ni papa. Pero yo si, y eso es lo importante.

Pd. Por cierto @nikys , el caballo que mordía, ahora me deja acariciarlo como si nada :D sin embargo sigue intentando morder a los incautos, jajaja :D
 
A mi lo de el miedo, la inseguridad, etc, me pasaba al principio. Yo llevo un año montando, o lo que es lo mismo, 52h montando (que aun es muuuuy poquito, que rápido pasa el tiempo jaja) pero ya no tengo ese problema desde hace al menos la mitad de tiempo.

En mi caso, fue clave para mi comprender el lenguaje del caballo para entender lo que trata de decirte y sobretodo, saber como pedir. Aun estoy aprendiendo y me queda mucho, pero ha sido una grandísima ayuda para eliminar inseguridades. Desde luego, desde que ya no tengo "miedo", sino respeto y cuidado, puedo subirme a cualquier caballo y entenderme con el al menos, como para hacer paso, trote y galope. De esto le debo muchísimo a @nikys , es una gran profesora! Y sobretodo a mis profesores que me indican en todo momento, cuando realmente le estoy haciendo mal al caballo (un giro muy brusco, un tirón de rienda...) y cuando debo ser mas insistente y firme, que no abusiva ni colérica con el caballo.

Bien, dicho esto, nuestra actitud es muy muy importante. Se que puede sonar sencillo, al principio el caballo es un animal que nos fascina y nos causa respeto, miedo, o nos gusta tantísimo que temblamos de la emoción y de los nervios. Es difícil controlar eso, tienes que pasar tiempo entre caballos para habituarte, para que te parezcan uno mas, un igual, un compañero, no un ser mitológico en peligro de extinción al que podemos matar de un suspiro, jajaja :D son animales físicamente fortísimos, que pueden con muchísimo mas de lo que imaginamos y tienen la piel muy muy dura (y a veces también la cabeza, jajaja) con lo cual, ser firmes con ellos para controlar y redirigir toda esa fuerza y energía es crucial.

Tienes que hacerle saber, que te lleva encima y que cuando tu vas encima, tu mandas. No te va a odiar por ello. Te agradecerá que seas mas decidido y se sentirá cómodo con alguien llevando las riendas de la situación, nunca mejor dicho. Pero para ello primero tienes que creértelo tu. Tienes que creer que puedes hacerlo. Si no te lo crees, poco hay que hacer. Sois compañeros, antes de empezar cada clase, yo le digo al caballo: bueno, vamos a hacer una buena clase, a que si? Pues claro que si, te vas a portar fenómeno. Y el caballo no entiende ni papa. Pero yo si, y eso es lo importante.

Pd. Por cierto @nikys , el caballo que mordía, ahora me deja acariciarlo como si nada :D sin embargo sigue intentando morder a los incautos, jajaja :D

Se notan muchos progresos en general, y me da que tu actitud cambió para muy buena. Lo vimos en el vídeo que comentamos en el curso, ese caballo sólo podía acabar dejándose acariciar por ti. Con los demás probará, no hay otra. Lo que hace la diferencia de actitud, saber qué hacer y cómo aplicar las ayudas....
 
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Siendo realistas, los caballos no sueñan cada noche con ser montados por nosotros, prefieren estar en el campo espantando moscas con el rabo; pero si podemos hacer que su experiencia sea algo positivo y nuestra monta respetuosa.
Creo que si un caballo se pone a la defensiva lo primero que te está diciendo es que no se lo está pasando bien, y puedes obligarle, claro, o forzarle, pero seguirá haciendo algo que en realidad no le gusta.
Como jinetes debemos hacer lo que esté en nuestra mano para que nunca haga falta obligar al caballo porque para empezar odia lo que está haciendo. Y eso a veces incluye reconocer que ese caballo no es apto para lo que queremos hacer con él.
 
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¿Y los caballos que ya no soportan lo que queremos hacer con ellos? A ellos se les “obliga”, pero siempre encaminado a que descubran que ya no es tan malo, que ahora es diferente y que puede ser divertido.
 
Mano de hierro en guante de seda.

Suena duro, pero yo reconozco que es algo que he aprendido que funciona, y muy bien. No se trata de ser un tirano con los caballos y de obligar y forzar. Se trata de decirles que ahora toca trabajar, y que se tienen que centrar. Que ya habrá tiempo de juegos y descanso después. Mi caballo hacía lo que le daba la gana. Hasta lo hice valorar por fisio y veterinario buscando si el origen de su comportamiento era dolor, mal ajuste de algo... Todo perfecto. El problema era yo, que le permitía las tonterías. Y como se las permitía, cuando le pedía un poquito más protestaba porque ya no hacía lo que le daba la gana. Tras un tiempo de clases con un buen profesor, que me insistió mucho en llevar buen contacto con las riendas (y ojo que dugo BUEN contacto, no tirar de las riendas sin más) y mantenerlo firme, el caballo ahora está mucho más atento y lo que es más importante, diferencia muy bien cuándo es momento de ir de relax y cuándo hay que ponerse las pilas y centrarse en lo que se va a hacer. hace año y medio no hubiera sido capaz de hacer una serpentina al galope. El otro día probé por primera vez así, sin preámbulos, con reparos de obstáculos situados a 3,5m cada uno en línea y aunque no salió perfecto (nada sale perfecto la primera vez) no veas lo que noté que el caballo levantaba las espaldas y empujaba con los pies basculando el peso para hacer el zigzag. Apenas toqué las riendas, sólo mantuve el contacto y apliqué ayudas. Antes de las clases hubiera tirado de las riendas a modo de dirección, consiguiendo que el caballo estuviese volcado y trabajando mucho más forzado e incómodo. Antes de las calses ni siquiera podíamos hacer un círculo pequeñito a galope con calidad, ahora hemos hecho incluso amagos de medias vueltas.
 
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Mano de hierro en guante de seda.

Suena duro, pero yo reconozco que es algo que he aprendido que funciona, y muy bien. No se trata de ser un tirano con los caballos y de obligar y forzar. Se trata de decirles que ahora toca trabajar, y que se tienen que centrar. Que ya habrá tiempo de juegos y descanso después. Mi caballo hacía lo que le daba la gana. Hasta lo hice valorar por fisio y veterinario buscando si el origen de su comportamiento era dolor, mal ajuste de algo... Todo perfecto. El problema era yo, que le permitía las tonterías. Y como se las permitía, cuando le pedía un poquito más protestaba porque ya no hacía lo que le daba la gana. Tras un tiempo de clases con un buen profesor, que me insistió mucho en llevar buen contacto con las riendas (y ojo que dugo BUEN contacto, no tirar de las riendas sin más) y mantenerlo firme, el caballo ahora está mucho más atento y lo que es más importante, diferencia muy bien cuándo es momento de ir de relax y cuándo hay que ponerse las pilas y centrarse en lo que se va a hacer. hace año y medio no hubiera sido capaz de hacer una serpentina al galope. El otro día probé por primera vez así, sin preámbulos, con reparos de obstáculos situados a 3,5m cada uno en línea y aunque no salió perfecto (nada sale perfecto la primera vez) no veas lo que noté que el caballo levantaba las espaldas y empujaba con los pies basculando el peso para hacer el zigzag. Apenas toqué las riendas, sólo mantuve el contacto y apliqué ayudas. Antes de las clases hubiera tirado de las riendas a modo de dirección, consiguiendo que el caballo estuviese volcado y trabajando mucho más forzado e incómodo. Antes de las calses ni siquiera podíamos hacer un círculo pequeñito a galope con calidad, ahora hemos hecho incluso amagos de medias vueltas.
Eso es Sylobe, eso es lo que me dice mi profesor. No se trata de tirar de las riendas, se trata de llevarlas donde deben ir, y llevarlas lo bastante firmes para que desde el principio entienda que hay que trabajar y no puede hacer lo que le da la gana.
 
Mano de hierro en guante de seda.

Suena duro, pero yo reconozco que es algo que he aprendido que funciona, y muy bien. No se trata de ser un tirano con los caballos y de obligar y forzar. Se trata de decirles que ahora toca trabajar, y que se tienen que centrar. Que ya habrá tiempo de juegos y descanso después. Mi caballo hacía lo que le daba la gana. Hasta lo hice valorar por fisio y veterinario buscando si el origen de su comportamiento era dolor, mal ajuste de algo... Todo perfecto. El problema era yo, que le permitía las tonterías. Y como se las permitía, cuando le pedía un poquito más protestaba porque ya no hacía lo que le daba la gana. Tras un tiempo de clases con un buen profesor, que me insistió mucho en llevar buen contacto con las riendas (y ojo que dugo BUEN contacto, no tirar de las riendas sin más) y mantenerlo firme, el caballo ahora está mucho más atento y lo que es más importante, diferencia muy bien cuándo es momento de ir de relax y cuándo hay que ponerse las pilas y centrarse en lo que se va a hacer. hace año y medio no hubiera sido capaz de hacer una serpentina al galope. El otro día probé por primera vez así, sin preámbulos, con reparos de obstáculos situados a 3,5m cada uno en línea y aunque no salió perfecto (nada sale perfecto la primera vez) no veas lo que noté que el caballo levantaba las espaldas y empujaba con los pies basculando el peso para hacer el zigzag. Apenas toqué las riendas, sólo mantuve el contacto y apliqué ayudas. Antes de las clases hubiera tirado de las riendas a modo de dirección, consiguiendo que el caballo estuviese volcado y trabajando mucho más forzado e incómodo. Antes de las calses ni siquiera podíamos hacer un círculo pequeñito a galope con calidad, ahora hemos hecho incluso amagos de medias vueltas.
Podemos darle mil vueltas a la rienda no sé qué y la pierna no sé cuantos (y es necesario, no se me mal interprete) pero no hay nada como estas tres palabras en la equitación: Ritmo constante, trazado y contacto...

Se dice fácil pero es la base y para llegar a ello hay muchas variables dependiendo de cada caballo, de su forma de estar constituido físicamente, su temperamento y la educación que ya tenga. Sin ella bien podemos pensar en incurvar y en hacer mil tonterías que nos vamos a confundir en algún punto seguro. Siempre que he tenido algún problema en las llegadas a los saltos he vuelto a estas tres y si no están presentes en el trabajo de salto, me obligo a volver al trabajo en llano hasta que estén estas tres.

Para mi no hay otra, yo no soy capaz de ver las distancias, mis ojos no las ven, tengo estrabismo en uno de los ojos y no veo en tres dimensiones así que o estas tres están en perfectas condiciones o si la llegada al salto tiene que depender de mis cálculos, vamos mal.

Con estas tres, estoy segura que el caballo ve el salto y él mismo regula lo que haga falta para llegar bien si el galope es de calidad para la altura que el caballo es capaz de saltar en ese momento. Y su ritmo y su visión me ayuda a mi a sentir cuánto nos falta para el salto.

Me di cuenta muy tarde que o llevaba estas tres en óptimas condiciones o mis recorridos eran un desastre porque tenía que medir por ellos...Algo que algunos jinetes son cracks en hacer, que aunque no tengan las condiciones en orden logran acortar o alargar el tranco para llegar bien igualmente (con más riesgo de tocar barras pero saben hacerlo) yo soy incapaz. Se me paran como sellos jajaja.

Claro que cuanto mejores son los caballos, menos hay que preocuparse con mejorar la calidad de galope, lograr un ritmo constante suele ser más fácil y por ende, el trabajo que hay que hacer para obtener un buen trazado y un buen contacto es más fácil. Algo que se altera cuando, aún teniendo una buena calidad de galope naturalmente, están mal montados, rígidos o tiesos por todos lados. Saltar saltarán igual pero no conmigo seguro, porque así, no logro sentir las distancias y se vuelve peligroso. En este caso, toca trabajar en llano durante un buen tiempo.
 
Tratar de hacer de la monta una experiencia positiva no es sinónimo de permisividad, pero sí es la forma de ahorrarte muchas peleas y resabios del caballo.
Tu le “obligas”, pero el descubre que lo que le pides es justo, no duele, puede hacerlo, incluso se lo pasa bien y que se lleva muchas alabanzas. Si todo lo enumerado no existe después del “obligar” es complicado que el caballo deje de tener comportamientos negativos.
 
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Tratar de hacer de la monta una experiencia positiva no es sinónimo de permisividad, pero sí es la forma de ahorrarte muchas peleas y resabios del caballo.
Tu le “obligas”, pero el descubre que lo que le pides es justo, no duele, puede hacerlo, incluso se lo pasa bien y que se lleva muchas alabanzas. Si todo lo enumerado no existe después del “obligar” es complicado que el caballo deje de tener comportamientos negativos.
Ainssss, y esa es exactamente mi dificultad.
El equilibrio entre obligar “bien” y permitirle hacer lo que quiera porque tengo miedo de corregir.
Y que no es mi caballo, que es un caballito de escuela al que montan un montón de niñas que están aprendiendo horseball y a quienes les interesa más correr como locas que llevar al caballo por dónde tiene que ir.
 
Yo es que no creo que se deba poner como caballo de escuela a un caballo con dificultades y tampoco pondría a un caballo con dificultades a alguien que está aprendiendo. Precisamente porque tú necesitas aprender a sentir cuál es el camino correcto y el caballo que le enseñen cuál es. Si juntas a un caballo que no sabe con un jinete que no está familiarizado con las sensaciones el resultado es que el caballo "haga lo que le da la gana" y tú no tengas claro qué pedir al caballo, cómo y en qué medida para corregirlo.
En todo caso, me rechina un poco el lenguaje que usan los de tu hípica para que lleves al caballo como debes.
 
A cuento de "hacer lo que le da la gana", Jessica von Bredow-Werndl, la última campeona olímpica sobre Dalera (para que no se diga que yo me saco cosas de la manga) sacó un vídeo hace nada sobre los inicios del Piaffe, un vídeo de 2hrs en las que no se cansaba de decir, como tantísimos otros de su nivel, que ella nunca regaña a un caballo por sus fallos o equivocaciones (incluyendo botes y rebotes), simplemente sigue montando y pide lo mismo con calma otra vez. Y lo hace así porque no le interesa que sus caballos trabajen con ningún tipo de tensión.
 
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Yo es que no creo que se deba poner como caballo de escuela a un caballo con dificultades y tampoco pondría a un caballo con dificultades a alguien que está aprendiendo. Precisamente porque tú necesitas aprender a sentir cuál es el camino correcto y el caballo que le enseñen cuál es. Si juntas a un caballo que no sabe con un jinete que no está familiarizado con las sensaciones el resultado es que el caballo "haga lo que le da la gana" y tú no tengas claro qué pedir al caballo, cómo y en qué medida para corregirlo.
En todo caso, me rechina un poco el lenguaje que usan los de tu hípica para que lleves al caballo como debes.
No creo que sea un caballo con dificultades, no es asustadizo, ni especialmente complicado. Y esto me ha pasado ya con otros caballos, así que tengo claro que es más cosa mía que de los animales.
No entiendo bien a qué te refieres con el uso del lenguaje, “hacer lo que le da la gana”? Es una forma de expresar lo que nos pasa.
 
Mira, te pongo un ejemplo concreto.
Algunos días después de mi clase el caballo lo monta una niña que hace horseball. Esos días, en vez de llevar un filete lleva un pelham, y esos días yo voy mucho más floja de riendas, porque me da miedo molestarle, o ser demasiado dura, o no vaya a ser que luego en la siguiente clase esté molesto. Así que voy con las riendas muy flojas y pidiendo todo con piernas y asiento, pero a veces no consigo lo que quiero, a veces se me come las esquinas de la pista, (porque le encanta ir pegadito al caballo de delante y es una forma de acercarse, o porque le caballo de delante se come las esquinas y él quiere ir detrás), por mucho que le meta pierna interior hasta justo antes del momento de girar. En esos casos, mi profe me dice que tengo que ir más corta de riendas, y más firme en la mano exterior. No me dice que tenga que tirar, ni castigar, ni regañar, sino que tengo que conseguir que el caballo vaya atento a mis manos, y no puedo hacer eso si voy sin contacto y con las riendas totalmente sueltas. Pero me pasa constantemente, recojo, y en cuanto me doy cuenta ya he soltado otra vez las riendas hasta perder el contacto por mi miedo por si el pelham le molesta. Así que al final me paso la clase recogiendo y soltando, y el caballo lo percibe como una oportunidad para ir probando cuantas veces puede comerse las esquinas, o al menos esa es mi sensación, que me está probando. No sé si me explico
 
Última edición:
Te pasa exactamente lo mismo que me pasaba a mi hace poco. Como dije, ademas de perder el miedo y dejar de pensar que le estoy haciendo daño al caballo, en mi caso, o aprendia a llevar un buen contacto y mantener al caballo activo, o pasaban dos cosas: me ignoraba (por que son un poco sordos a las piernas) o lo que es peor, especialmente con uno de ellos, se podia tropezar y nos podiamos ir los dos al suelo.

Asi que me mentalicé que tener un buen contacto no solo no es perjudicial, sino que ademas, puede evitar situaciones de riesgo, ya que estas constantemente comunicandote con el caballo y gestionando su energia y hacia donde debe dirigirla.
 
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El problema principal que tengo con decir que el caballo hace lo que le da la gana, que más vale una roja que cien amarillas, que hay que imponerse, hacerse con el mando, obligar y demás afirmaciones es que muchas veces desencadena en que te lo tomes como algo personal y tu monta se vuelva enfadada, no simplemente firme y clara; al igual que puede llevar a que pases de intentar entender por qué responde así y qué haces tú a directamente solo pensar que el caballo te toma el pelo y no ver más allá.
Los caballos son animales, tienen opiniones propias, y la mayor parte de las veces no hacen algo si no se lo pides o si pueden evitarlo porque son animales y no hacer una esquina supone menos esfuerzo que hacerla. En no pedírselo entra una monta continuada en la que no se le piden esquinas, ni que tenga un contacto estable, ni que vaya fino a las ayudas; incoherencia que lleva a que el animal no entienda por qué ayer se llevó palmadas por ir abierto como un paraguas zumbando por las equinas (por poner un ejemplo) y hoy le quieran regañar por hacerlo.
Por el otro lado, también entiendo que a ti, como jinete, se te complique ser firme con el caballo si te chirría el enfoque que se tiene acerca de su negativa a responder como querrías y que le pongan un Pelham (que dependiendo del Pelham puede ser muy suave, pero tú quizá solo sabes que un Pelham es bastante severo porque lo has leído por el foro, porque es lo normal).

Un contacto estable no hará daño al caballo, ni una rienda corta, lo que les daña la boca son los tirones bruscos. Como jinete sabes en qué medida tienes que ser firme con la mano porque en el momento en el que lo seas lo suficiente el caballo irá mejor. Si el bocado es duro, necesitarás hacer menos para conseguir lo mismo y debes tener más cuidado de no tirar (ya que no te ponen el filete como deberían, pues no te queda otra que adaptarte).
Debes ser firme, clara e insistente, pero nunca te enfades con el caballo, no pierdas la calma y no dejes de preguntarte qué estás haciendo mal tú en primer lugar como para que se coma las esquinas.

Para entrar en más detalle tendría que verte.
 
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Tema caballos con complicaciones: con ello me refiero a caballos que no ofrecen respuestas correctas a ayudas correctas, como lo puede ser poner la pierna y la ignore.
No pasa mucho si con una monta algo más enérgica y firme el caballo responde bien, o si responde bien para la tarea que nos atañe (no que vaya maravilloso, pero sí seguro para una persona que se monta a un caballo por primera vez, p.e).
Sin embargo, si el caballo tiene serias dificultades para ofrecer una respuesta correcta a ayudas correctas, deja de ser un caballo idóneo para un principiante porque te va a confundir más que otra cosa. No quiere decir que sea un mal caballo, puede ir muy bien con un jinete más avanzado cuya técnica sea capaz de abordar correctamente los problemas y hacer que vaya bien en 3 trancos como quien dice.
Las personas que todavía se están familiarizando con las ayudas y el contacto deberían aprenden sobre caballos que no den mayores problemas.
Por eso se recomienda que los caballos de escuela sean montados regularmente por jinetes más avanzados.
 
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