Una yegua que tuvimos, de capa perla, que ya murió, tenía lo que llamábamos "ojos de persona", porque son más parecidos a los nuestros. Era cabezota, pero también un auténtico encanto. A mí personalmente me encantan este tipo de ojos, y no creo que tengan una verdadera relación con el carácter del animal.
Son leyendas: un caballo será bueno o no independientemente del color que tengan sus ojos. O al menos eso es lo que yo creo.