Resulta innegable que gran parte del dominio del arte de la equitación se basa en la psicología del jinete. Dominamos a nuestra montura con la mente, por fuerza claro está es total y absolutamente imposible.
A día de hoy donde el acceso al conocimiento está a mano (más que nunca) de cualquier aficionado que ponga un mínimo de interés. Queda ridículo y absurdo el tener que hacer uso de instrumentos que provoquen dolor al caballo para someterlo , cualquier caballo puede ser dominado , pero no todos los jinetes o manejadores están preparados para ello, lo más importante a tener en cuenta y de lo que tiene que ser consciente cada uno es de a donde sus conocimientos y experiencia le permite llegar, es el jinete o manejador que tiene que ser consciente si está preparado para manejar o montar al caballo dejando el absurdo ego que de nada sirve en esto de los caballos, pues no hay juez más implacable que un caballo.
Para ello se necesitan sobre todo conocimiento, experiencia y seguridad en uno mismo.
La seguridad en uno mismo es primordial, pues el caballo que elijamos ha de ser capaz de reconocernos como líder, sólo ganando el respeto como líder podremos pensar en tener un compañero cooperador y alegre en la actitud de trabajo en equipo.
El caballo conoce mejor que nosotros mismos nuestras inseguridades y carencias y actúa en consecuencia, cuantos casos no se conocen de caballos que al cambiar de manos han cambiado tanto de actitud que no parecen los mismos , tanto para bien como para mal.
No hace mucho tuve la suerte de que cayera en mis manos un excelente libro escrito por una miembro del equipo de Canadá de doma clásica donde trata de un modo muy consecuente la parte sicológica que uno ha de tener en cuenta a la hora de montar y sobre todo de concursar, la verdad es que no tiene desperdicio.
Cuantos de nosotros nos auto-convencemos de nuestras propias manías inculcándoselas a nuestro caballo que termina haciendo lo que en su naturaleza le dicta que es creer lo que cree el líder, caballos que se asustan de bolsas , de coches , de aquella esquina donde no hay nada , de ese obstáculo … etc… ¿pero pasó por nuestra mente antes?, es decir, nos acercamos al obstáculo pensando en que va ha rehusar?, nos acercamos a esa esquina pensando exactamente en lo que va a pasar?, evidentemente termina pasando.
Tan difícil como el arte de montar es el arte de dominarse uno mismo, y dominar sus miedos e inseguridades, podemos escondernos ante el resto de la humanidad , pero estamos desnudos ante cualquier caballo. Y esto resulta duro , mucho tanto como cuando uno se hace consciente de lo largo que es el camino a recorrer y cuan ignorante resulta uno siempre en esto del caballo que cuanto más aprende más se da cuenta.
Sinceramente pienso que la clave del éxito en esto de montar a caballo está en esa actitud del ganador, una actitud positiva y optimista , lanzada y segura, consecuente y estudiada , tanto esto como el conocimiento.
En fin, sólo reflexionaba en voz alta
Saludos
A día de hoy donde el acceso al conocimiento está a mano (más que nunca) de cualquier aficionado que ponga un mínimo de interés. Queda ridículo y absurdo el tener que hacer uso de instrumentos que provoquen dolor al caballo para someterlo , cualquier caballo puede ser dominado , pero no todos los jinetes o manejadores están preparados para ello, lo más importante a tener en cuenta y de lo que tiene que ser consciente cada uno es de a donde sus conocimientos y experiencia le permite llegar, es el jinete o manejador que tiene que ser consciente si está preparado para manejar o montar al caballo dejando el absurdo ego que de nada sirve en esto de los caballos, pues no hay juez más implacable que un caballo.
Para ello se necesitan sobre todo conocimiento, experiencia y seguridad en uno mismo.
La seguridad en uno mismo es primordial, pues el caballo que elijamos ha de ser capaz de reconocernos como líder, sólo ganando el respeto como líder podremos pensar en tener un compañero cooperador y alegre en la actitud de trabajo en equipo.
El caballo conoce mejor que nosotros mismos nuestras inseguridades y carencias y actúa en consecuencia, cuantos casos no se conocen de caballos que al cambiar de manos han cambiado tanto de actitud que no parecen los mismos , tanto para bien como para mal.
No hace mucho tuve la suerte de que cayera en mis manos un excelente libro escrito por una miembro del equipo de Canadá de doma clásica donde trata de un modo muy consecuente la parte sicológica que uno ha de tener en cuenta a la hora de montar y sobre todo de concursar, la verdad es que no tiene desperdicio.
Cuantos de nosotros nos auto-convencemos de nuestras propias manías inculcándoselas a nuestro caballo que termina haciendo lo que en su naturaleza le dicta que es creer lo que cree el líder, caballos que se asustan de bolsas , de coches , de aquella esquina donde no hay nada , de ese obstáculo … etc… ¿pero pasó por nuestra mente antes?, es decir, nos acercamos al obstáculo pensando en que va ha rehusar?, nos acercamos a esa esquina pensando exactamente en lo que va a pasar?, evidentemente termina pasando.
Tan difícil como el arte de montar es el arte de dominarse uno mismo, y dominar sus miedos e inseguridades, podemos escondernos ante el resto de la humanidad , pero estamos desnudos ante cualquier caballo. Y esto resulta duro , mucho tanto como cuando uno se hace consciente de lo largo que es el camino a recorrer y cuan ignorante resulta uno siempre en esto del caballo que cuanto más aprende más se da cuenta.
Sinceramente pienso que la clave del éxito en esto de montar a caballo está en esa actitud del ganador, una actitud positiva y optimista , lanzada y segura, consecuente y estudiada , tanto esto como el conocimiento.
En fin, sólo reflexionaba en voz alta
Saludos