En primer lugar habría que definir que es resistencia. Quizá para alguno resistencia es simplemente hacer un raid de 40 o de 150 km en un día y ser capaz de llegar de los primeros. Yo no digo que eso no sea resistencia, pero para mi la resistencia va más allá. Para mi resistencia es la capacidad de realizar un largo recorrido sin acusar problemas.
Pienso que el caballo español, en general, no es capaz de ganar raids, pero sin duda es una raza extremadamente resistente, capaz no sólo de ir hacia adelante, sino además de vivir con lo que va encontrando por el camino. En España no solemos valorar lo que tenemos, y pienso que el PRE tiene dos enemigos, uno los criadores de PRE, que en general se han dedicado a criar caballos enormes, que han perdido parte de su funcionalidad y otra los propios jinetes, que no han dado al PRE la oportunidad de demostrar lo que vale. El PRE se queda relegado al paseo o a la doma. Cuanta gente ha probado a hacer raids o rutas de largo recorrido con PREs?. Esos son los que nos podrán decir si el caballo español es resistente o no. Lo demás, en mi opinión, no tiene validez alguna, ya que está basado en prejuicios o en ver los caballos de nuestros amigos o compañeros de picadero que tienen un entrenamiento deficiente.
Voy a dar varios ejemplos de porque creo que el caballo español es resistente.
1.- El récord mundial de resistencia lo tiene un caballo español. En 1995 Carmen de la Peña recorrió con los caballos, Fresnedoso y Ramix 18.239 km en 16 meses y 9 días. Esto hace una media de unos 37 km diarios durante más de un año. Batió el récord que hasta entonces estaba en manos de Shiferly, conseguido en 1925 que fue de Buenos Aires a Washington, con sus caballos criollos, Gato y Mancha. Hizo un total de 16.100 km en treinta meses. Que os parece que demuestra más resistencia, esto o el hecho de acabar un raid de 160 km en un día en posiciones de cabeza? Esta hazaña tiene en mi opinión más validez que cualquier raid que se haya celebrado hasta el momento. Esto es resistencia real, lo otro es una mezcla de resistencia con velocidad a corto plazo.
2.- Conozco varias empresas que organizan rutas de largo recorrido a caballo y usan exclusivamente caballos españoles. No tienen quejas de ellos.
3.- Existen diversas citas antiguas sobre la resistencia de los caballos españoles en comparación con otras razas, donde queda claro que el caballo español no tenía rival en resistencia y en la guerra. Es un poco largo pero creo que muy interesante para los que dudan del PRE.
3.1 Agustín Álvarez de Sotomayor sobre los caballos franceses en la Guerra de Independencia:
“Las castas francesas, en una palabra, solo presentan fuera de los limosinos y normandos, algunos individuos que llaman la atención, pudiendo decirse en general, que son poco vistosos, de movimientos duros y muy cortos en la carrera. Sobre este último defecto, voy a referir una anécdota en que hice el papel de protagonista: «Trajeron los ejércitos franceses en la campaña de 1808, llamada por nosotros de la independencia, una caballería, en su mayor parte, compuesta de las castas francesas de menos valía; así que, si bien en las cargas de grandes masas nos arrollaban fácilmente, no así en las pequeñas escaramuzas y lances de guerrilla, en que la velocidad de nuestros caballos los alcanzaba fácilmente, si se retiraban, y nos burlábamos de ellos cuando éramos perseguidos. Un día a la cabeza de un pelotón de treinta dragones españoles, me encontré en la cuesta que llaman del Madero, situada en la Mancha, entre el pueblo de la Guardia y el de los Dos Barrios, con otro casi de la misma fuerza y la misma arma: confiado yo en el arrojo de los míos, cargué al enemigo, que subiendo la cuesta, pretendió salvarse en los Barrios donde tenían dos regimientos; pero a los pocos minutos de carrera, y llegados al nivel de un arroyo y alameda que forman aquellas vertientes, creyeron más seguras sus piernas que las de sus caballos, y exceptuando el Oficial y otro, mejor montados, todos abandonaron los suyos en el arrecife, corriendo a salvarse en la escabrosidad de las alamedas; arbitrio oportuno, por que lograron escapar seis, que no pudimos encontrar, mientras que el Oficial, y el que le seguía, no tardaron en ser mis prisioneros.” (Álvarez Sotomayor, Agustín. 1851. Memoria sobre la cría caballar)
3.2 El coronel Juan Cotarelo abunda en la misma opinión
“…en la famosa retirada de Massena de Portugal. Allí se vieron los caminos de Castilla, los campos en donde hacían la más pequeña estancia ambos ejércitos sembrados de caballos extranjeros, señaladamente de los de la caballería pesada: mientras que nuestros escuadrones, estando incesantemente en marchas violentas y atrevidas, en sorpresas y retiradas, en campamentos y en combates, se mantenían siempre bien, y dispuestos para las fatigas del servicio”. (Cotarelo, Juan. Gaceta Militar, 21 de diciembre de 1858)
3.3 Por Pedro Cubillo tenemos noticias de la resistencia de los caballos ingleses en comparación con los ibéricos:
En 1830 entraron como auxiliares del ejercito de la Reina (Q. D. G.) tres legiones extranjeras, una inglesa, otra francesa, procedente de Argel, que no traía caballería, y otra portuguesa. Haremos solo mención de los institutos montados de la inglesa y portuguesa. La primera se componía de dos escuadrones de lanceros perfectamente montados y una batería con piezas de muy poco peso y arrastradas por arrogantes caballos de tiro.
Apenas pasó un año, cuando ya no existía ninguno de estos caballos. Los hemos visto en marchas regulares quedarse rezágalos sin poder igualar a los mas ruines de nuestros caballos. Los tan afamados ingleses, que tantas arrobas arrastran en su país, no podían en España con una pieza, que pesaría cuando mas cuarenta o sesenta arrobas, sin embargo de ser seis u ocho caballos para cada carruaje, por cuyo motivo tuvieron que sustituirlos con mulas, que se tomaron de las merindades de Navarra, que la mayor apenas tenía siete cuartas, y de este modo pudieron seguir los movimientos del ejército de la Ribera. Otro tanto sucedió con sus escuadrones de lanceros, en que toda su fuerza fue montada en caballos españoles.
Al paso que los escuadrones portugueses que estaban montados en caballos andaluces, como los de nuestros regimientos, se conservaban en el estado más brillante de energía y lucimiento después de sufrir tantas penalidades.
¿Cuándo un caballo ingles de pura sangre, medía etc., podrá competir con un caballo andaluz a sufrir una continuación de jornadas, como hemos visto durante la guerra civil en las expediciones de Balmaseda, Gómez y otros jefes del partido de D. Carlos?
¿Podrá un “pour sang” llevar una carga de seis u ocho arrobas, con un robusto jinete por terrenos quebrados y perseguido algunas leguas y aun jornadas por los dependientes de Hacienda pública, como sucedió a los contrabandistas? ¿Podrá nunca un famoso caballo inglés de esas grandes razas de tiro arrastrar la mitad del peso que arrastra en su país, por los caminos de España llamados vecinales? O creerán los fanáticos por el ganado extranjero que son lo mismo los caminos de Inglaterra que los de España, que los que arrastran allí trescientas arrobas, lo harán lo mismo en todas partes.
Si lo que antecede fuera cierto, y sí la fuerza y pujanza que ostentan los caballos ingleses en su país la pudieran ofrecer en todas partes, no hubiéramos visto a esos comisionados ingleses venir a comprar muías para el arrastre de su artillería en Crimea, y nuestros caballos de toros para montar sus escuadrones.» (Cubillo, Pedro. 1856. Cría caballar: defensa del sistema de monta de año y vez)
3.4 José de Hidalgo también tuvo ocasión de comparar la resistencia de ambas razas durante la 2ª Guerra Carlista:
“En la guerra de Navarra la caballería que estuvo a nuestras órdenes, era la escolta del Excmo. SR. D. Luis Fernández de Córdoba, y dicho está que era gente y caballos elegidos de los escuadrones ingleses. Sin embargo, la actividad del general y su continuo movimiento, hacía imposible que la resistieran los caballos ingleses, que había que relevarlos con frecuencia, a la vez que el nuestro y los que montaban los húsares, siendo de raza andaluza resistían perfectamente, y podemos decir que con un caballo de la casta de Barela seguimos ocho meses al general en jefe. Decimos esto, porque si bien las razas de caballo inglesas reúnen buena conformación y aptitudes, en cambio no se les puede otorgar la firmeza que para trabajos extraordinarios, tienen las nuestras; y también que debe evitarse criar los animales de una manera, que concluyan por ser artificiales, pues desde que el arte falta desaparece el individuo”. (Hidalgo Tablada, José de. 1865. Curso de economía rural)
Nos podría quedar la duda de que, al tratarse de autores españoles, su opinión no fuese imparcial pero durante la Guerra de Crimea coincidieron la caballería inglesa y la francesa y, dado que Francia también llevó caballos de Argelia e Inglaterra mandó comisionados para adquirir caballos en España, pudieron comprobar el comportamiento de las cuatro razas bajo las mismas extremas condiciones. Algunos años después del término de la guerra se publicó un estudio con los resultados:
3.5 “En el año 1862, se publicó en Francia un escrito importante relativo a los hechos recogidos en la campaña de Crimea, referentes a la aptitud para el servicio y duración de las principales razas de caballos que formaban el efectivo de los institutos montados del ejército” /…/ " De todos los caballos designados, los que más han resistido han sido los berberiscos y los españoles, a pesar de no recibir más que un pienso insuficiente y malo, y sin poder reparar convenientemente sus fuerzas y sus pérdidas, soportaron las marchas y trabajos prolongados y excesivos sin el menor resentimiento, a no ser el enflaquecimiento natural por las circunstancias deplorables en que se encontraban, enflaquecimiento que fue muy poco comparado con el de los que pertenecían a otras razas, que murieron en crecido número”
"El caballo francés ha ocupado el segundo lugar bajo los muros de Sebastopol, siendo inferior al berberisco y al español (1), pues ha sido el que demostró más resistencia a pesar de las bajas que experimentó, siendo superior al caballo inglés, cuya reputación hasta el día había sido tan grande, que se le tenía por muchos como el mejor del mundo. La caballería inglesa fue la que más sufrió en Crimea, siendo digno de notarse que la susceptibilidad para contraer las enfermedades que diezmaban los caballos del ejército, estuvieron siempre en razón constante del grado de sangre inglesa que tenían”.
(1) No olvidemos que esto lo dice el cuerpo de Veterinaria militar francés, y que los caballos a que se refiere, fueron el desecho de casas de postas y del ejército, a lo que añadiremos, que concluida la guerra vimos ya en España caballos que habíamos desechado en el regimiento de Pavía. (Paniagua, Florencio 1881. El fomento de la cría caballar)
3.6 Las evidencias eran tan abrumadoras que incluso a Pedro Cubillo, Mariscal de la Real yeguada de Aranjuez, que opinaba que los caballos españoles reúnen cualidades preciosas como caballo de guerra, que seguramente podemos decir no tiene rival, puesto que sufre el hambre, la fatiga y las intemperies como ningún otro, efecto de su educación salvaje, con muy raras excepciones, porque desde que nacen se crían al aire libre, comen cuando hay alimento en las dehesas, y cuando no perecen de hambre y de miseria la cuarta parte o la mitad; pero en cambio, los que quedan lo son a toda prueba, como lo han manifestado en varias campañas nacionales y extranjeras.” (Cubillo y Zarzuelo, Pedro. 1879. La verdad en la cría caballar)
Bueno, cada uno que tome sus propias conclusiones... y antes de opinar hay que probar, no basarse en opiniones de terceros.