Hola Asturianina,
Lo primero (y solo por curiosidad) ¿En qué club montas? es que también soy asturiano y también montaba en el Asturcon...
Lo segundo, y más importante.
Caerte es parte consustancial de montar, como es parte de consustancial de andar en bici o en moto, tarde o temprano te vas a caer y es muy posible que te hagas daño, bien porque te tire el caballo (raro) o por que tu no lo hayas hecho bien )99% de las veces).
Te cuento mi experiencia (y la de mi esposa, que monta conmigo), llevo menos de un año montando, recibiendo clases y saltando, me he caido 4 veces, las 4 sin consecuencias, la primera vez te asustas mucho, no lo vi venir estaba casi estrenado y el caballo se asustó y se fue un poco, y yo al suelo, ahora no me pasaría (mejoras el asiento, la atención, las piernas), no me pasó nada, monté otra vez, pero "acongoja". La segunda fue culpa mía, estaba haciendo ochos con un caballo algo difícil y al cambiarle el galope en una diagonal quedé mal colocado en la silla y me botó fuera (le molesté), la tercera y cuarta fue un potro que estamos iniciando al salto, me dió un bote al salir de una curva y en la otra llegué muy mal al salto y se aculó (así que yo por las orejas), en ninguna me hecho daño alguno, caer y rodar, y verla venir salvo en la primera.
Pero mi esposa se ha caido 2 veces y en las dos se ha hecho mucho daño, mucho, el miedo después es lógico, pero sabe que quiere seguir, así que coge un caballo de tanda más tranquilo y galopa y luego pasa cruzadas al trote y, sobre todo, cuando ella no está segura, no salta, dice que no y punto.
Lo primero que pierdes es la seguridad, el miedo te da inseguridad, te parece que te vas a caer a la mínima. Así que tienes que recuperar esa confianza perdida en ti y en tu montura, porque esa inseguridad se la transmites al caballo.
Solo quiero darte ánimos y desde luego afirmar que reirse de una caida no es la mejor solución, una cosa es no dramarizar y quitarle hierro al asunto, pero ridiculizar es impresentable, que un profesor haga eso no puede tolerarse. Tratar una caída es algo delicado, cada uno la vemos (y la sentimos) de una forma especial, y todas son distintas, no valen fórmulas mágicas.
Un abrazo y sigue en ello!!
Lo primero (y solo por curiosidad) ¿En qué club montas? es que también soy asturiano y también montaba en el Asturcon...
Lo segundo, y más importante.
Caerte es parte consustancial de montar, como es parte de consustancial de andar en bici o en moto, tarde o temprano te vas a caer y es muy posible que te hagas daño, bien porque te tire el caballo (raro) o por que tu no lo hayas hecho bien )99% de las veces).
Te cuento mi experiencia (y la de mi esposa, que monta conmigo), llevo menos de un año montando, recibiendo clases y saltando, me he caido 4 veces, las 4 sin consecuencias, la primera vez te asustas mucho, no lo vi venir estaba casi estrenado y el caballo se asustó y se fue un poco, y yo al suelo, ahora no me pasaría (mejoras el asiento, la atención, las piernas), no me pasó nada, monté otra vez, pero "acongoja". La segunda fue culpa mía, estaba haciendo ochos con un caballo algo difícil y al cambiarle el galope en una diagonal quedé mal colocado en la silla y me botó fuera (le molesté), la tercera y cuarta fue un potro que estamos iniciando al salto, me dió un bote al salir de una curva y en la otra llegué muy mal al salto y se aculó (así que yo por las orejas), en ninguna me hecho daño alguno, caer y rodar, y verla venir salvo en la primera.
Pero mi esposa se ha caido 2 veces y en las dos se ha hecho mucho daño, mucho, el miedo después es lógico, pero sabe que quiere seguir, así que coge un caballo de tanda más tranquilo y galopa y luego pasa cruzadas al trote y, sobre todo, cuando ella no está segura, no salta, dice que no y punto.
Lo primero que pierdes es la seguridad, el miedo te da inseguridad, te parece que te vas a caer a la mínima. Así que tienes que recuperar esa confianza perdida en ti y en tu montura, porque esa inseguridad se la transmites al caballo.
Solo quiero darte ánimos y desde luego afirmar que reirse de una caida no es la mejor solución, una cosa es no dramarizar y quitarle hierro al asunto, pero ridiculizar es impresentable, que un profesor haga eso no puede tolerarse. Tratar una caída es algo delicado, cada uno la vemos (y la sentimos) de una forma especial, y todas son distintas, no valen fórmulas mágicas.
Un abrazo y sigue en ello!!