¿Y esa chica fue quien la domó hasta el nivel 1.20?
A ver, es que primero empiezas diciendo que la yegua era buenísima hasta que se le agrió el carácter y que nada ha cambiado en su vida; pero luego dices que sí, que es una yegua que se compró hace tres años, que los problemas empezaron relativamente poco tiempo después de comprarla y que su anterior propietaria la vendió porque no podía con ella. Para mi un caballo que se vende porque el propietario no puede con él no es un caballo de carácter fácil y buenísimo.
Si hay alguna esperanza de que tu hija pueda disfrutar de la yegua de salto que compró, me parece muy importante revisar el pasado de la yegua para entender qué es lo que no se está haciendo bien con ella. Si la anterior propietaria no es quien la domó, habría que tratar de dar con la persona que lo hizo; aunque tiene pinta de que la anterior propietaria, aun no pudiendo con ella, algo estaba haciendo mejor que vosotros si al momento de comprarla no estaba ni de lejos como está ahora.
Estos caballos suelen ser muy sensibles a los cambios, sobre todo si hasta el momento de la primera venta quien los domó fue una única persona con su estilo de montar particular al que el caballo se ha acostumbrado.
A veces es muy complicado rastrear quién domó al caballo para entender qué paso, por lo que si no se consigue, creo que la siguiente mejor opción es cambiar de entrenador porque es obvio que en un año y medio no ha sabido entender las necesidades de la yegua y alegar que está demasiado mimada, como si la solución fuese dejar de tratarla bien, me parece una excusa vaga.
Te lo dice una con un caballo complicadísimo en casa a quien también acusaron cientos de veces de mimar demasiado y una potra que va por el mismo camino. Pero mis caballos me respetan y soy capaz de conseguir que cooperen para cualquier cosa sin tener que recurrir a mimarlos menos. De hecho, el otro día, trataron de pinchar a mi potra y me trataban de convencer de que no sabía domar a mis caballos (la doma de cuadra que tiene es de 10 menos justo el pinchazo, que es donde dependo de la sensibilidad del veterinario), hasta que finalmente se recurrió a las caricias, la paciencia y el control sin violencia. Entonces se dejó.
No estoy diciendo que el entrenador sea malo, estoy diciendo que algunas formas de entender la equitación no compaginan con caballos especialmente sensibles y que, en última instancia, si no consigues dar con las personas que la domaron para que te expliquen cómo llevaban a la yegua, quizá toque pasarse a un entrenador que sea capaz de entender un poco mejor lo que está ocurriendo.
Lo que dice Hardin está muy bien también, pero yo empezaría por tratar de entender qué es lo que se hizo mal para llegar a esa situación en primer lugar para no cometer los mismos errores otra vez. Igual ni se necesite volver a empezar de 0 cuando deis con el motivo.