EL HERRADO TRADICIONAL ANTE EL BAREFOOT.
Aunque en los últimos tiempos el oficio de herrador se ha especializado en el herraje de caballos de deporte, cabe mencionar que desde siempre los herradores han sido los encargados del mantenimiento de las pezuñas de las vacas y bueyes, herrado de las mismas y su recorte periodico. Asimismo, mulas, caballos de trabajo y burros, se benefician también del herrado y de la pedicura. Un animal con salud en sus patas es un animal que puede desempeñar su trabajo o criarse con salud.
Una gran parte del trabajo desarrollado por la mayoría de los herradores consiste en el arreglo o recortado de las pezuñas de las yeguas que viven en libertad en el campo. La inmensa mayoría de las yeguas destinadas a la cría, no se hierran, salvo que tengan problemas específicos. Así mismo, los potros no suelen herrarse hasta el comienzo de su doma, hacia los tres años. El interés de los propietarios por el cuidado de los cascos de sus yeguas de cría y sus potros, ha ido aumentando paulatinamente, al aumentar el valor añadido de los mismos. Una hembra con dolores crónicos en sus patas, es una animal que ve disminuida su calidad de vida, con el consiguiente descenso en su producción de leche y afectando también a su índice de fertilidad. Los granjeros propietarios de rebaños de vacas lecheras, conocen bien los perjuicios derivados de los problemas de patas en sus vacas. El interés por la podología ha llegado a lanzar al mercado a podólogos de vacuno o herradores que ,con su potro móvil, se dedican exclusivamente al cuidado de las pezuñas de vacas y ovejas.
El cuidado de los cascos de los potros, se ha revelado como un factor indiscutible en la salud y crianza de los mismos. Algunos autores propugnan que la primera visita del herrador al potro ,ha de ser a las pocas horas de su nacimiento. Durante su crecimiento, las visitas del herrador han de ser lo suficientemente frecuentes para corregir en lo posible las malformaciones o vicios que puedan aparecer. Esto representa un gran beneficio para el potro, pues además de llegar a la edad adulta con unos cascos y una correcta conformación física, llegado el momento aceptará el herraje de un modo natural.
Las yeguas y los caballos en libertad tienen unas necesidades precisas de cuidado y recorte de los cascos. Aunque el casco crece por igual a todo lo largo del rodete coronario, no siempre se desgasta por igual, desarrollando picos y zonas que no se desgastan y llegado el momento se rompen, produciendo desgarros y heridas en el tejido vivo. Una visita periódica por parte del herrador a estos animales procurará un desgaste por igual de todo el casco manteniéndolo sano y evitando problemas en las patas.
El herraje no es un invento caprichoso por parte de los propietarios,.Las herraduras ,además de evitar el desgaste excesivo del casco, cumplen la misión de prevenir y de corregir diversos problemas que se plantean al utilizar al caballo para tareas para las que no fue diseñado, como trabajar en una pista de equitación o de trabajo por caminos y calzadas empedradas o asfaltadas. La propia domesticidad del caballo produce animales con cascos débiles o defectuosos. La selección artificial de los caballos, con parámetros distintos a la propia selección natural en que priman las posibilidades de sobrevivir antes que sus orígenes o aptitudes para ciertas disciplinas, hacen que muchas razas tengan cascos débiles y frágiles. El herraje busca paliar estos problemas derivados de la propia conformación domestica del caballo.
Cada caballo tiene unas necesidades de herraje propias, que no solamente son distintas de sus hermanos de raza, sino que varían según las distintas épocas de la vida del propio caballo. Asi, tenemos que un caballo no necesita ser herrado hasta que no empieza a trabajar. Es herrado para su doma y su trabajo con una frecuencia y estilo que varían según la edad y la doma del mismo. Ese mismo caballo puede necesitar un herraje especial debido a un problema transitorio o crónico e incluso puede pasar temporadas desherrado debido a unas vacaciones en un prado. Aunque la necesidad de herraje varia, lo que no disminuye en ningún momento es el cuidado que ha de prestarse a sus cascos, haciéndole en cada momento lo que mas convenga.
Así tenemos que los herradores son los encargados de proporcionar al caballo los diferentes cuidados que necesita a lo largo de su vida. Los herradores están capacitados para aconsejar al propietario del animal los diferentes cuidados que necesita el caballo en cada momento. El herrador, en colaboración con el veterinario y bajo la supervisión del mismo, es la persona mas capacitada en cada momento para realizar en el casco del caballo las actuaciones oportunas para la procura de una mejor salud y bienestar de los mismos. Este aserto, es llevado en algunos países europeos, con legislación al efecto, al punto de que solamente los herradores, dirigidos por los veterinarios, están capacitados y autorizados para herrar caballos. En España, aun no es asi, pero los esfuerzos van dirigidos en esa dirección, a la espera de una Asociación de Herradores que consolide la profesión y la eleve al lugar que se merece, a fin de eliminar todo intrusismo y descapacitación.
De los paises norteamericanos, han venido en los últimos años toda una serie de tendencias, de actitudes y de practicas que basándose en una supuesta “naturalidad” de las mismas, pretenden revolucionar el mundo ecuestre, poniendo en duda todo el bagaje ecuestre desde la antigua Roma hasta hoy dia. La cultura del “hágalo usted mismo”,el bricolage y el ahorro de tiempo y dinero, no podía obviar en modo alguno a un aspecto tan importante como el herraje, capitulo este que se lleva una importante cantidad del dinero invertido en el caballo.
Hace ya unos años que apareció en Europa uno de estos movimientos que ,de la mano de una tal Dra Strasser, propugnaba básicamente que el herraje de los caballos era algo nocivo y que era posible que los caballos trabajasen sin herraduras incluso mejor que herrados. Como la mayoría de las actitudes supuestamente “naturales” arremetía contra la practica del herrado, culpándolo de todos los males, a la vez que ofrecía un método que era capaz de permitir, no solamente el trabajo de los animales prescindiendo de la herradura, sino que además se revelaba como la panacea a todos los problemas de cascos y podología equina. Este método, conocido como Barefoot, se basa en una serie de falacias y de inexactitudes sin fundamento científico alguno y sin resultados contrastados de ningún tipo. En este articulo no hablaremos de los intereses económicos que se mueven sobre este método, ni hablaremos de las persecuciones legales a las que se han visto sometidos algunos de sus practicantes. Simplemente refutaremos algunas de las falacias en las que se sustenta este método.
-Refieren como pruebas de sus éxitos supuestos casos desperdigados en el espacio, es decir, un caballo aquí, otro allá..No hay ningún estudio científico que avale su tesis publicada en ninguna publicación veterinaria ni resultados avalados por institutos o universidades serias.Si existen sin embargo, publicaciones serias acerca de los efectos nocivos de practicar despalmes excesivos y equivocados en caballos con problemas.
-Aportan como pruebas, sucesos y situaciones que sucedieron en el pasado o que son prácticamente imposibles de comprobar. Asi, aducen que los romanos no conocían la herradura, desconociendo e incluso ocultando que los romanos apenas utilizaron la caballería en sus conquistas. También al igual que el resto de los movimientos naturalistas, poniendo como ejemplo a los indios norteamericanos, ignorando y ocultando que la relación que comúnmente se supone a estas gentes con los caballos, es un invento cinematografico.Los indios norteamericanos partían de correría con sus caballos y regresaban a pie,pues al caballo, que quedaba inutilizado por el hambre y el desgaste de sus cascos, se lo comían.
-Culpan a la herradura como causante de todos los problemas de pies en caballos, ignorando el hecho de que el origen de los problemas de pies de los caballos radica en el hecho de su propia domesticidad. Un herraje bien hecho no es nocivo en modo alguno para el caballo, siendo despreciables y completamente asumibles por el organismo del animal los posibles efectos secundarios devenidos del hecho de fijar con clavos una herradura en el casco.En todo caso,la herradura es el intento,a veces fallido y a veces atinado,de intentar resolver los problemas devenidos por la domesticidad del caballo. Jamás es el origen de estos problemas.
-Achacan a los herradores la perseverancia en los errores del herraje y una supuesta contumacia e intención de evitar que se difundan las técnicas del despalme, ignorando que los propios herradores son en esencia despalmadores antes que clavadores de herraduras.Todo herrador competente en su oficio es capaz de mantener en buen estado de conservación los cascos de sus clientes,sin necesidad de certificados ni franquicias expedidos por ninguno de los gurús del Barefoot.
-Aducen como base científica a sus postulados un sinfín de inexactitudes biológicas y mecánicas, entre las cuales podemos citar que “la herradura provoca infartos de corazón y caspa” (sic),o bien exageran los efectos de algunos órganos del pie, como la teoría de que la herradura interfiere en el retorno sanguíneo. Asimismo, arrogan al hecho de cortar y eliminar materia cornea, propiedades y beneficios tan peregrinos, como la recuperación de síndromes de navicular o rotaciones severas de tejuelo en casos de laminitis.
-Citan como ejemplo casos en los que se utiliza su método con éxito, sin que exista prueba rigurosa de que tal afirmación es cierta ni estudio comparativo del estado de bienestar del caballo con herraje tradicional y con despalmado. Podemos citar el caso de una hípica de mas de cien caballos, que mantiene a sus caballos descalzos de atrás, aduciendo que debido a la composición de las pistas,el caballo no precisa herrajes en los pies. Una breve observación fue suficiente para corroborar la sospecha de que los animales padecían los mas diversos problemas en sus pies. El hecho de ignorar o de obviar estos problemas, no evitaba que se desarrollasen.
-Dilatan en el tiempo la presencia de mejoría o de resultados apreciables. Así, el caballo al que se priva de su herraje, necesita un periodo de adaptación de un año hasta que se acostumbra a caminar desherrado, sin plantearse los posibles efectos nocivos del desherrado, ni presentar estudios ni pruebas del desarrollo del periodo de adaptación. Durante este tiempo el caballo ha de llevar una especie de botas salva cascos, que van sujetas al pìe mediante correas, obviando los efectos mecánicos adversos de estas botas.
-Estiman como prueba de la bondad del método el hecho de que muchos caballos herrados y que presentan problemas, mejoran y sanan gracias a la practica del Barefoot. Este hecho es una falacia en si, pues si el casco mejora, no es en modo alguno al hecho de quitarle materia cornea en tal o cual sitio,o que el caballo presentaba graves problemas debido a la acción intrínseca del herraje. En la practica totalidad de los casos, lo que ocurre es que el caballo estaba muy deficientemente herrado,y al desherrarle,el casco se recupera por si mismo. Un herraje correcto y sujeto a los principios científicos en que se sustenta el Arte de Herrar, apenas produce efectos indeseables en el bienestar o en la salud del caballo, y,repetimos hasta la saciedad, estos efectos indeseables son insignificantes y perfectamente asumibles por el organismo del caballo.
-Proponen como modelo a imitar el casco de los caballos salvajes de las praderas americanas y australianas, obviando el hecho de que el caballo domestico actual es un caballo completamente distinto al de sus congéneres en libertad (que no salvajes).El caballo domestico ha sufrido modificaciones morfológicas que le alejan mucho del tipo de pony mustang,y las condiciones de estabulación y de trabajo, influyen en sus cascos de tal manera que solamente mediante el concurso de la herradura podemos mantener su integridad y asegurar su funcionalidad sin merma para su salud.
Un breve repaso a los textos publicados en paginas web y publicaciones escritas, revela al punto una serie de inexactitudes y de tópicos, totalmente acientíficos e indemostrables, ni por la razón ni por la practica y el ensayo.Los supuestos estudios y aseveraciones anatómicas y fisiológicas no aportan nada nuevo a los conocimientos manejados por veterinarios y herradores. Reinventa y se arroga como propios y nuevos conocimientos que son del dominio del común de los herradores y veterinarios y ataca a un colectivo como son los herradores, basándose en su multiplicidad, es decir, en el hecho de que como en todas las profesiones, hay muy buenos herradores y muy malos herradores.
Aunque en los últimos tiempos el oficio de herrador se ha especializado en el herraje de caballos de deporte, cabe mencionar que desde siempre los herradores han sido los encargados del mantenimiento de las pezuñas de las vacas y bueyes, herrado de las mismas y su recorte periodico. Asimismo, mulas, caballos de trabajo y burros, se benefician también del herrado y de la pedicura. Un animal con salud en sus patas es un animal que puede desempeñar su trabajo o criarse con salud.
Una gran parte del trabajo desarrollado por la mayoría de los herradores consiste en el arreglo o recortado de las pezuñas de las yeguas que viven en libertad en el campo. La inmensa mayoría de las yeguas destinadas a la cría, no se hierran, salvo que tengan problemas específicos. Así mismo, los potros no suelen herrarse hasta el comienzo de su doma, hacia los tres años. El interés de los propietarios por el cuidado de los cascos de sus yeguas de cría y sus potros, ha ido aumentando paulatinamente, al aumentar el valor añadido de los mismos. Una hembra con dolores crónicos en sus patas, es una animal que ve disminuida su calidad de vida, con el consiguiente descenso en su producción de leche y afectando también a su índice de fertilidad. Los granjeros propietarios de rebaños de vacas lecheras, conocen bien los perjuicios derivados de los problemas de patas en sus vacas. El interés por la podología ha llegado a lanzar al mercado a podólogos de vacuno o herradores que ,con su potro móvil, se dedican exclusivamente al cuidado de las pezuñas de vacas y ovejas.
El cuidado de los cascos de los potros, se ha revelado como un factor indiscutible en la salud y crianza de los mismos. Algunos autores propugnan que la primera visita del herrador al potro ,ha de ser a las pocas horas de su nacimiento. Durante su crecimiento, las visitas del herrador han de ser lo suficientemente frecuentes para corregir en lo posible las malformaciones o vicios que puedan aparecer. Esto representa un gran beneficio para el potro, pues además de llegar a la edad adulta con unos cascos y una correcta conformación física, llegado el momento aceptará el herraje de un modo natural.
Las yeguas y los caballos en libertad tienen unas necesidades precisas de cuidado y recorte de los cascos. Aunque el casco crece por igual a todo lo largo del rodete coronario, no siempre se desgasta por igual, desarrollando picos y zonas que no se desgastan y llegado el momento se rompen, produciendo desgarros y heridas en el tejido vivo. Una visita periódica por parte del herrador a estos animales procurará un desgaste por igual de todo el casco manteniéndolo sano y evitando problemas en las patas.
El herraje no es un invento caprichoso por parte de los propietarios,.Las herraduras ,además de evitar el desgaste excesivo del casco, cumplen la misión de prevenir y de corregir diversos problemas que se plantean al utilizar al caballo para tareas para las que no fue diseñado, como trabajar en una pista de equitación o de trabajo por caminos y calzadas empedradas o asfaltadas. La propia domesticidad del caballo produce animales con cascos débiles o defectuosos. La selección artificial de los caballos, con parámetros distintos a la propia selección natural en que priman las posibilidades de sobrevivir antes que sus orígenes o aptitudes para ciertas disciplinas, hacen que muchas razas tengan cascos débiles y frágiles. El herraje busca paliar estos problemas derivados de la propia conformación domestica del caballo.
Cada caballo tiene unas necesidades de herraje propias, que no solamente son distintas de sus hermanos de raza, sino que varían según las distintas épocas de la vida del propio caballo. Asi, tenemos que un caballo no necesita ser herrado hasta que no empieza a trabajar. Es herrado para su doma y su trabajo con una frecuencia y estilo que varían según la edad y la doma del mismo. Ese mismo caballo puede necesitar un herraje especial debido a un problema transitorio o crónico e incluso puede pasar temporadas desherrado debido a unas vacaciones en un prado. Aunque la necesidad de herraje varia, lo que no disminuye en ningún momento es el cuidado que ha de prestarse a sus cascos, haciéndole en cada momento lo que mas convenga.
Así tenemos que los herradores son los encargados de proporcionar al caballo los diferentes cuidados que necesita a lo largo de su vida. Los herradores están capacitados para aconsejar al propietario del animal los diferentes cuidados que necesita el caballo en cada momento. El herrador, en colaboración con el veterinario y bajo la supervisión del mismo, es la persona mas capacitada en cada momento para realizar en el casco del caballo las actuaciones oportunas para la procura de una mejor salud y bienestar de los mismos. Este aserto, es llevado en algunos países europeos, con legislación al efecto, al punto de que solamente los herradores, dirigidos por los veterinarios, están capacitados y autorizados para herrar caballos. En España, aun no es asi, pero los esfuerzos van dirigidos en esa dirección, a la espera de una Asociación de Herradores que consolide la profesión y la eleve al lugar que se merece, a fin de eliminar todo intrusismo y descapacitación.
De los paises norteamericanos, han venido en los últimos años toda una serie de tendencias, de actitudes y de practicas que basándose en una supuesta “naturalidad” de las mismas, pretenden revolucionar el mundo ecuestre, poniendo en duda todo el bagaje ecuestre desde la antigua Roma hasta hoy dia. La cultura del “hágalo usted mismo”,el bricolage y el ahorro de tiempo y dinero, no podía obviar en modo alguno a un aspecto tan importante como el herraje, capitulo este que se lleva una importante cantidad del dinero invertido en el caballo.
Hace ya unos años que apareció en Europa uno de estos movimientos que ,de la mano de una tal Dra Strasser, propugnaba básicamente que el herraje de los caballos era algo nocivo y que era posible que los caballos trabajasen sin herraduras incluso mejor que herrados. Como la mayoría de las actitudes supuestamente “naturales” arremetía contra la practica del herrado, culpándolo de todos los males, a la vez que ofrecía un método que era capaz de permitir, no solamente el trabajo de los animales prescindiendo de la herradura, sino que además se revelaba como la panacea a todos los problemas de cascos y podología equina. Este método, conocido como Barefoot, se basa en una serie de falacias y de inexactitudes sin fundamento científico alguno y sin resultados contrastados de ningún tipo. En este articulo no hablaremos de los intereses económicos que se mueven sobre este método, ni hablaremos de las persecuciones legales a las que se han visto sometidos algunos de sus practicantes. Simplemente refutaremos algunas de las falacias en las que se sustenta este método.
-Refieren como pruebas de sus éxitos supuestos casos desperdigados en el espacio, es decir, un caballo aquí, otro allá..No hay ningún estudio científico que avale su tesis publicada en ninguna publicación veterinaria ni resultados avalados por institutos o universidades serias.Si existen sin embargo, publicaciones serias acerca de los efectos nocivos de practicar despalmes excesivos y equivocados en caballos con problemas.
-Aportan como pruebas, sucesos y situaciones que sucedieron en el pasado o que son prácticamente imposibles de comprobar. Asi, aducen que los romanos no conocían la herradura, desconociendo e incluso ocultando que los romanos apenas utilizaron la caballería en sus conquistas. También al igual que el resto de los movimientos naturalistas, poniendo como ejemplo a los indios norteamericanos, ignorando y ocultando que la relación que comúnmente se supone a estas gentes con los caballos, es un invento cinematografico.Los indios norteamericanos partían de correría con sus caballos y regresaban a pie,pues al caballo, que quedaba inutilizado por el hambre y el desgaste de sus cascos, se lo comían.
-Culpan a la herradura como causante de todos los problemas de pies en caballos, ignorando el hecho de que el origen de los problemas de pies de los caballos radica en el hecho de su propia domesticidad. Un herraje bien hecho no es nocivo en modo alguno para el caballo, siendo despreciables y completamente asumibles por el organismo del animal los posibles efectos secundarios devenidos del hecho de fijar con clavos una herradura en el casco.En todo caso,la herradura es el intento,a veces fallido y a veces atinado,de intentar resolver los problemas devenidos por la domesticidad del caballo. Jamás es el origen de estos problemas.
-Achacan a los herradores la perseverancia en los errores del herraje y una supuesta contumacia e intención de evitar que se difundan las técnicas del despalme, ignorando que los propios herradores son en esencia despalmadores antes que clavadores de herraduras.Todo herrador competente en su oficio es capaz de mantener en buen estado de conservación los cascos de sus clientes,sin necesidad de certificados ni franquicias expedidos por ninguno de los gurús del Barefoot.
-Aducen como base científica a sus postulados un sinfín de inexactitudes biológicas y mecánicas, entre las cuales podemos citar que “la herradura provoca infartos de corazón y caspa” (sic),o bien exageran los efectos de algunos órganos del pie, como la teoría de que la herradura interfiere en el retorno sanguíneo. Asimismo, arrogan al hecho de cortar y eliminar materia cornea, propiedades y beneficios tan peregrinos, como la recuperación de síndromes de navicular o rotaciones severas de tejuelo en casos de laminitis.
-Citan como ejemplo casos en los que se utiliza su método con éxito, sin que exista prueba rigurosa de que tal afirmación es cierta ni estudio comparativo del estado de bienestar del caballo con herraje tradicional y con despalmado. Podemos citar el caso de una hípica de mas de cien caballos, que mantiene a sus caballos descalzos de atrás, aduciendo que debido a la composición de las pistas,el caballo no precisa herrajes en los pies. Una breve observación fue suficiente para corroborar la sospecha de que los animales padecían los mas diversos problemas en sus pies. El hecho de ignorar o de obviar estos problemas, no evitaba que se desarrollasen.
-Dilatan en el tiempo la presencia de mejoría o de resultados apreciables. Así, el caballo al que se priva de su herraje, necesita un periodo de adaptación de un año hasta que se acostumbra a caminar desherrado, sin plantearse los posibles efectos nocivos del desherrado, ni presentar estudios ni pruebas del desarrollo del periodo de adaptación. Durante este tiempo el caballo ha de llevar una especie de botas salva cascos, que van sujetas al pìe mediante correas, obviando los efectos mecánicos adversos de estas botas.
-Estiman como prueba de la bondad del método el hecho de que muchos caballos herrados y que presentan problemas, mejoran y sanan gracias a la practica del Barefoot. Este hecho es una falacia en si, pues si el casco mejora, no es en modo alguno al hecho de quitarle materia cornea en tal o cual sitio,o que el caballo presentaba graves problemas debido a la acción intrínseca del herraje. En la practica totalidad de los casos, lo que ocurre es que el caballo estaba muy deficientemente herrado,y al desherrarle,el casco se recupera por si mismo. Un herraje correcto y sujeto a los principios científicos en que se sustenta el Arte de Herrar, apenas produce efectos indeseables en el bienestar o en la salud del caballo, y,repetimos hasta la saciedad, estos efectos indeseables son insignificantes y perfectamente asumibles por el organismo del caballo.
-Proponen como modelo a imitar el casco de los caballos salvajes de las praderas americanas y australianas, obviando el hecho de que el caballo domestico actual es un caballo completamente distinto al de sus congéneres en libertad (que no salvajes).El caballo domestico ha sufrido modificaciones morfológicas que le alejan mucho del tipo de pony mustang,y las condiciones de estabulación y de trabajo, influyen en sus cascos de tal manera que solamente mediante el concurso de la herradura podemos mantener su integridad y asegurar su funcionalidad sin merma para su salud.
Un breve repaso a los textos publicados en paginas web y publicaciones escritas, revela al punto una serie de inexactitudes y de tópicos, totalmente acientíficos e indemostrables, ni por la razón ni por la practica y el ensayo.Los supuestos estudios y aseveraciones anatómicas y fisiológicas no aportan nada nuevo a los conocimientos manejados por veterinarios y herradores. Reinventa y se arroga como propios y nuevos conocimientos que son del dominio del común de los herradores y veterinarios y ataca a un colectivo como son los herradores, basándose en su multiplicidad, es decir, en el hecho de que como en todas las profesiones, hay muy buenos herradores y muy malos herradores.