INFORMATIVOSTELECINCO.COM 22 de septiembr de 2006
Este jueves nos sobrecogía la imagen de los famélicos caballos interventidos a José Antoncio Roca, cerebro de la trama de corrupción del Ayuntamiento de Marbella. Tres pura raza han muerto ya de hambre y dejadez. A los demás no les espera un futuro mejor. El 80 ó 90% de los animales morirán o tendrán que ser sacrificados por las malas condiciones en las que se encuentran, aseguró Manuel Murcia, propietario de la yeguada Cristian Murcia.
Estos equinos formaban una de las cuadras más importantes de España, con algunos de los mejores ejemplares, según varios responsables de yeguadas.
Manuel Murcia explicó, tras ver las imágenes de los animales, que la mayor parte de estos caballos "jamás" se recuperarán de la situación en la que se encuentran. Cree que han estado desatendidos y comiendo sus propios excrementos durante "unos dos o tres meses" para llegar al estado actual.
Según se desprende de un certificado veterinario oficial, los caballos de pura raza intervenidos a Roca se están muriendo por dejadez alimentaria. El pasado lunes murió el tercer ejemplar de los 103 intervenidos el pasado marzo, en este caso, por "una grave impactación de colon, provocada por el consumo repetido de arena del suelo".
Además, alrededor de una decena de animales se encuentra en un estado "deplorable", con úlceras y tumores en las patas y testículos, y numerosas heridas en la piel a lo largo del lomo.
"Lo he visto y se me ha revuelto el estómago", aseguró Murcia, quien calificó de "horrible y bochornoso" el estado de los caballos y consideró que permitir esta situación debería ser "un delito penado con la cárcel".
En el mismo sentido se expresaron los responsables de las yeguadas Vinyet y Susaeta, Miguel Silva y María José Ruiz, respectivamente, que calificaron de "salvajada" la situación de dejadez de unos animales que, explicaron, requieren cuidados continuos.
"Primero por humanidad y luego porque valen mucho dinero, no entiendo cómo se puede llegar a esta situación", dijo María José Ruiz, que consideró además que si algunos ejemplares han empezado a morir de hambre, los demás seguirán el mismo camino.