Dejando a un lado la obviedad de que cada uno hace con su caballo lo que quiere o lo que le dejan y obviando el hecho de que cada caballo es distinto de cualquier otro, opino que debemos de referirnos siempre al caballo en general, no a un caballo determinado en particular. Una golondrina no hace verano y casos de caballos enteros que no dan problemas los hay a docenas, pero no son representativos de la especie en general. Sin ir mas lejos, no hace una semana herré a un PRE al que intentaban convencer para que cubriera una yegua y el tio ni se enteraba de para que le servia eso. Pero hay que reconocer que este caso no es lo normal. Lo normal y esperable es que un caballo entero en época de celo, se ponga como una moto ante la presencia de una yegua.
El hombre se encontró las cosas y los animales en la naturaleza y pensó enseguida como beneficiarse de ellas. Para ello tuvo que transformar y modificar tanto a animales como a plantas. Al cerdo se le capa y se le engorda para que críe grasa y no le huela la carne a montuno. A la oveja la esquila y la apacienta. Al caballo le hierra, se le cepilla, se le lima los dientes…y le castra. Todo esto para conseguir hacer de un animal, una maquina o instrumento a su servicio. Y dependiendo del servicio para que lo quiera, le transforma mas o menos.
Al principio, los caballos eran para comerlos, cosa que se podía hacer sin mucha variación de su estado natural. Después se les utilizo para el trabajo y para la guerra. Para la guerra no es necesario caparles, pues a fin de cuentas, la posibilidad de que sobreviva a una guerra es minima, y bastante riesgo era capar a un potro hasta no hace muchos años.
Para convertir un caballo en una maquina de trabajar, son necesarias mas transformaciones, todas ellas dirigidas a conseguir huesos mas fuertes, músculos mas capaces de trabajar, animales mas dóciles y sin instintos primarios que les descentraran del trabajo. Y para eso se descubrió que si se castraban, se obtenían muchas mas ventajas que manteniéndole entero. Por eso la practica de la castración va pareja con la historia de la domesticación del caballo.
Y por eso se castran los caballos destinados al trabajo, entendiendo como trabajo el que consiste en acarrear estiércol para la huerta como el que sigue un entrenamiento diario con fines de competición. Y quien conserva uno de estos caballos entero, con vista a la reproducciones, es o ha de ser consciente de las consecuencias que puede reportarle el tener al caballo entero. Todo es cuestión de echar números y decidir que conviene mas.
En los últimos tiempos ha aparecido lo que se llama el caballo-mascota, sobre todo en el mundillo del PRE. Generalmente estos caballos mascota se utilizan para darse un paseito corto, unas vueltas en el picadero, ducharles, cepillarles las crines, presumir ante el vecino, esperar a que alguien quiera echarle su yegua..y para eso es indispensable que este entero, que arme lio, que tenga unas crines larguisimas etc etc.
Cumple su función tan honradamente como el caballo de guerra o el que tira de una noria en el campo. Simplemente se le ha transformado a la medida que su propietario necesita.
El hombre se encontró las cosas y los animales en la naturaleza y pensó enseguida como beneficiarse de ellas. Para ello tuvo que transformar y modificar tanto a animales como a plantas. Al cerdo se le capa y se le engorda para que críe grasa y no le huela la carne a montuno. A la oveja la esquila y la apacienta. Al caballo le hierra, se le cepilla, se le lima los dientes…y le castra. Todo esto para conseguir hacer de un animal, una maquina o instrumento a su servicio. Y dependiendo del servicio para que lo quiera, le transforma mas o menos.
Al principio, los caballos eran para comerlos, cosa que se podía hacer sin mucha variación de su estado natural. Después se les utilizo para el trabajo y para la guerra. Para la guerra no es necesario caparles, pues a fin de cuentas, la posibilidad de que sobreviva a una guerra es minima, y bastante riesgo era capar a un potro hasta no hace muchos años.
Para convertir un caballo en una maquina de trabajar, son necesarias mas transformaciones, todas ellas dirigidas a conseguir huesos mas fuertes, músculos mas capaces de trabajar, animales mas dóciles y sin instintos primarios que les descentraran del trabajo. Y para eso se descubrió que si se castraban, se obtenían muchas mas ventajas que manteniéndole entero. Por eso la practica de la castración va pareja con la historia de la domesticación del caballo.
Y por eso se castran los caballos destinados al trabajo, entendiendo como trabajo el que consiste en acarrear estiércol para la huerta como el que sigue un entrenamiento diario con fines de competición. Y quien conserva uno de estos caballos entero, con vista a la reproducciones, es o ha de ser consciente de las consecuencias que puede reportarle el tener al caballo entero. Todo es cuestión de echar números y decidir que conviene mas.
En los últimos tiempos ha aparecido lo que se llama el caballo-mascota, sobre todo en el mundillo del PRE. Generalmente estos caballos mascota se utilizan para darse un paseito corto, unas vueltas en el picadero, ducharles, cepillarles las crines, presumir ante el vecino, esperar a que alguien quiera echarle su yegua..y para eso es indispensable que este entero, que arme lio, que tenga unas crines larguisimas etc etc.
Cumple su función tan honradamente como el caballo de guerra o el que tira de una noria en el campo. Simplemente se le ha transformado a la medida que su propietario necesita.