Hola.
Lo primero que tienes que conseguir es que tu caballo sea capaz de galopar equilibradamente. Correr y/o poner todo su peso en tus manos es un claro indicio de que no lo hace y como no está equilibrado, los cambios le vienen grandes, se estresa y todo empeora.
Los trabajos a la cuerda con riendas de atar son muy buenos para ejercitar al caballo en la rectitud y el equilibrio. Las riendas fijas se mantienen más estables, no ceden tan fácilmente (ponle las que tengan gomas) y le incitarán a buscar el equilibrio.
Montada, viene muy bien trabajar con serpentinas, alternar entre círculos grandes y pequeños y las espaldas adentro. En estos ejercicios es fundamental que no dejes que se cuelgue, por lo que es casi mejor que sueltes unos segundos el contacto y lo mandes hacia adelante, aún a coste de que se te abra y corra.
Cuando tu caballo sea capaz de ejecutar círculos de 15 o 10 al galope yendo hacia adelante, con una buena actitud y sin colgarse y además seas capaz de hacer una media parada que le acorte nuevamente el galope sin, de nuevo, ni correr, ni colgarse, ni perder el equilibrio, bajar la cabeza, encapotarse, tensionarse...ni nada de eso, entonces es el momento de le pidas cambios de pie sueltos.
En cuanto a los cambios de pie, si sabes que tiende a correr o estresarse, procura empezar por diagonales cortas o un cambio de mano cuadrado (de linea recta, no diagonal) que no le den mucho espacio. Los cambios de mano en linea recta además te obligan a hacer una esquina antes de cruzar y otra al terminar, lo que nos ayuda a que el caballo se mantenga contigo.
También empezaría por pedirle los cambios justo antes de llegar a la pared para que no tenga espacio para correr porque se comería la pared y sabe que le toca girar.
Luego, no seas avariciosa. Si cambia primero las manos y luego los piés, ya tendrás tiempo de pedirle más agilidad, lo primero es que te haga el cambio sin correr, colgarse ni estresarse. Y empieza por conformarte con un cambio medianamente mejor ejecutado. No te enfades con él porque solo le estresarás más (y es lo último que queremos), déjale equivocarse sin sentir que le castigarás porque entonces estará más tranquilo y se concentrará más, lo que nos llevará a mejores resultados. Si es capaz de hacer un cambio sin correr o colgarse (o hacerlo mucho menos), aunque lo haga de aquella manera, deshazte en hagalos y no le pidas más.
Si te pones al paso después de cada cambio, él entenderá que eso es todo lo que quieres y dejará de robártelos. Y si te lo roba, no te enfades, lo hace porque es su forma de complacerte, tienes que buscar la forma de hacerle entender que solo quieres un cambio que no pase por el castigo si te regala otro. Piensa que para él es injusto estar intentándolo y que le agradezcas el primer cambio pero luego te enfades por el segundo.
Una vez entienda que solo quieres un cambio porque te pones al paso cada vez, ya tendrás tiempo de ir introduciendo más poco a poco.
Ahora vas al galope normal, haces un cambio a entrocado, sigues entrocado durante unos trancos, y si él no está ansioso, ni corriendo, ni desequilibrado, ni nada, puedes pedir otro de vuelta al galope normal.
Así es como hay que ir. No me extiendo más.
Pedirle todo del golpe solo te llevará a un callejón sin salida. Verás como yendo por partes te irá mucho mejor.
¡Suerte!