Voy a hacer de abogado del diablo:
Los que tenéis un caballo y os conformaríais con poder ir a pasear de vez en cuando...si por una lesión no pudierais montarlo nada y sólo pudiera hacer la vida de un caballo retirado, pongamos a los 10 años (teniendo en cuenta que muchos no pueden mantener más que a 1 caballo), ¿lo mantendríais pagando un pupilaje y os quitaríais de montar durante los 15 años que le quedasen de vida? ¿O lo cederíais a alguien que lo pudiese tener y buscariais otro compañero? Es sólo una reflexión, no hace falta que respondáis
Pues es un tema que estuve hablando hace poco con un amigo. Yo soy de las que no podría permitirse otro caballo (mucho me tendrían que cambiar las cosas). ¿Y cuanto más lo pienso sabes a qué conclusión llego? A que me la quedaría y seguiría disfrutando de ella pie a tierra. Después de todo lo que me ha dado y lo que significa para mí no podría quitármela de encima a un futuro incierto (porque ya me dirás tú qué clase de futuro le esperaría a un caballo que no se le puede montar), tendría cargo de conciencia para siempre! Y sé que me arrepentiría de haber traicionado a un animal que estando sano hizo todo por mí.
No hace falta que sea por una lesión, todos nuestros caballos envejecerá, y probablemente llegue un día que no podamos montarlos ya ... llegados a ese punto, venderlos y comprarnos otro nuevo y joven me parece totalmente irrespetuoso, y dice poco a favor de la persona que es capaz de cambiar a su (supuestamente) amigo por otro sólo porque ya no puede seguirle en sus correrías.
(Además, ¿qué clase de valores estamos enseñando a nuestros hijos si ven que los animales son de usar y tirar como si fuera un I-phone viejo? No olvidemos que nosotros también envejeceremos algún día).
Si se la pude montar al pasito de higos a brevas estupendo (un caballo no suele quedar totalmente inutilizado como para no poder darte un paseín de 20 minutillos al menos, salvo que sea muy mayor. Y le pasa aEndora, cada vez que puedas montarla será un regalo del cielo), y si no se puede, pues a sacarla al monte a pastar, a cepillarla, a meterme en la cuadra ó en el prado con ella a leerla libros y a enseñarla cositas pie a tierra. Y a mimarla, que se lo habrá ganado.
Y si un día tengo mucho mono de montar un poco más en serio, alquilo un caballo de tanda y me voy a dar una vuelta por el campo ó me pego un par de galopes y me desquito (a fin de cuentas hoy día ya voy a ver a la peluda 5 días a la semana y monto sólo 2 porque no me apetece hacerlo más, cada vez disfruto más de ella pie a tierra).