¡Hola! Hace dos días empecé a montar a mi yegua. El primer día le di un poquito de cuerda antes, porque va como las motos después de tanto tiempo "parada" y con dolor (dice el mozo que va casi galopando del paddock al box cuando toca cenar) y luego la monté unos 15 minutos al paso básicamente, con un par de vueltas al trote a cada mano. Ayer la monté otros 20 minutos, con mucho paso, un poco de trote y una vuelta al galope a cada mano (se emociona un poquito aquí, jeje). La verdad es que da gusto, está superflexible y con ganas de avanzar. Parece que no tiene dolor ni cojea. Cruzo los dedos para que siga así cuando empiece a ejercitarla un poquito más en serio.
PERO, siempre hay un pero, hoy apenas tenía tiempo y la he sacado a pasear del ramal. En cuanto hemos salido al camino ha empezado a dar minisaltitos, seguidos de orejas aplastadas y un chillido. Le he dado un tironcito de atención y entonces se ha plantado, otro tironcito, un "¡eh!" y vuelta a empezar (saltitos, orejas, chillido). Después de3-4 veces, no ha protestado más y ha subido una pequeña cuesta a paso muuuuyyy ligero (casi trote). Y luego pues ya hemos ido más o menos normal, salvo alguna arrancada en un par de sitios que, a mis ojos, no tienen nada que llame la atención (cruce para ir a casa, zona de pasto, etc.). Si os soy sincera, no sé cómo interpretar este comportamiento: ¿exceso de energía, dolor (no lo observo al ensillarla ni al montarla o darle cuerda), querencia a su zona de confort en los últimos meses (aunque sí la saqué a pasear por ese camino muchas veces), ganas de jugar?