Paromero, es cierto, empecé en el foro en el año 2003 con la que entonces aún no era mi yegua, ni era colina. Poco después pude comprarla y con ella aprendí mucho, muchíísimo. La tuve que hacer colina para eliminarle unos melanomas en la cola. Por otro melanoma en el recto decidí operarla a vida o muerte hace dos años. No hubo suerte y hubo que sacrificarla, yo estuve presente en la operación y estuve presente cuando la durmieron. Y no, normalmente (al menos por aquí) no se sacrifica a un caballo con un tiro entre los ojos. Se le seda, y después de sedado se les inyecta algo que les paraliza los músculos en el acto. Mueren en segundos, sin sufrir.
Considero que por un lado, he tenido un gran desventaja ya que llegué al mundo del caballo bastante tarde, comparado con otros que llevan en ello toda la vida y hacen de ello su oficio. Pero por otro lado, también considero que este mismo hecho hace que tenga la mente más abierta a nuevas ideas, y por lo tanto a nuevas formas de ver, hacer e interpretar a los caballos. Estoy cansada de escuchar a gente de a caballo de toda la vida, que considera que como tal cosa se ha hecho así toda la vida, no hace falta plantearse nada más.
Y me he esforzado mucho, muchísimo, en estudiar y en aprender: biomecánica, nutrición, primeros auxilios, psicología del jinete, pautas de entrenamiento, en fín, todo lo que se me pone a tiro y no se me va del presupuesto. Tengo la suerte de que el inglés sea mi segundo idioma, lo que me ha abierto las puertas no sólo a muchas publicaciones científicas y a revistas especializadas sino también a foros en otros paises donde el mundo del caballo se vive de forma muy diferente a como se vive aquí.
La idea de que los animales no tienen conciencia de la muerte, no es cierta. Es verdad que no piensan en ella, los animales incluidos los caballos viven en el presente. Pero son capaces de presentir la muerte y querer evitarla. Son capaces de oler un matadero y no querer acercarse. No se trata de que los estemos humanizando, son reacciones que les han ayudado a sobrevivir y por lo tanto llevan impresas en sus genes.
Cada vez más, los científicos están demostrando que los animales son capaces de tener "sentimientos" que pensábamos eran exclusivos de los humanos: celos, envidia, tristeza, depresión, alegría... Es verdad que no son capaces de identificarlos como tales, pero al fin y al cabo estos "sentimientos" no son más que reacciones químicas. Al fin y al cabo, los seres humanos no somos más que animales que nos hemos venido muy arriba por aquello de que somos más inteligentes.
Considero que por un lado, he tenido un gran desventaja ya que llegué al mundo del caballo bastante tarde, comparado con otros que llevan en ello toda la vida y hacen de ello su oficio. Pero por otro lado, también considero que este mismo hecho hace que tenga la mente más abierta a nuevas ideas, y por lo tanto a nuevas formas de ver, hacer e interpretar a los caballos. Estoy cansada de escuchar a gente de a caballo de toda la vida, que considera que como tal cosa se ha hecho así toda la vida, no hace falta plantearse nada más.
Y me he esforzado mucho, muchísimo, en estudiar y en aprender: biomecánica, nutrición, primeros auxilios, psicología del jinete, pautas de entrenamiento, en fín, todo lo que se me pone a tiro y no se me va del presupuesto. Tengo la suerte de que el inglés sea mi segundo idioma, lo que me ha abierto las puertas no sólo a muchas publicaciones científicas y a revistas especializadas sino también a foros en otros paises donde el mundo del caballo se vive de forma muy diferente a como se vive aquí.
La idea de que los animales no tienen conciencia de la muerte, no es cierta. Es verdad que no piensan en ella, los animales incluidos los caballos viven en el presente. Pero son capaces de presentir la muerte y querer evitarla. Son capaces de oler un matadero y no querer acercarse. No se trata de que los estemos humanizando, son reacciones que les han ayudado a sobrevivir y por lo tanto llevan impresas en sus genes.
Cada vez más, los científicos están demostrando que los animales son capaces de tener "sentimientos" que pensábamos eran exclusivos de los humanos: celos, envidia, tristeza, depresión, alegría... Es verdad que no son capaces de identificarlos como tales, pero al fin y al cabo estos "sentimientos" no son más que reacciones químicas. Al fin y al cabo, los seres humanos no somos más que animales que nos hemos venido muy arriba por aquello de que somos más inteligentes.
