Jose Ramon, por lo que cuentas, Bolero protesta pero te haces bien con el. Dale tiempo y date tiempo.
Hace unos días monte un caballito español, con ese mismo problema. Este en concreto, no está muy montado últimamente, pero si que tiene mucha querencia. No se descontrolaba pero si que trota en el sitio, anda de lado y si se vuelve un poco inconciente del peligro de las cunetas y cosas así.
Era la primera vez que montaba este caballo, no me conocía de nada ni yo a el, es más, cuando yo llegué a la cuadra, ya estaba ensillado y todo, no hubo ningún preámbulo y directamente a montar. A mi me gusta tratar un poco al caballo antes de montarlo, pero esta vez no pudo ser. Nada más subirme, ya se mostró reacio al contacto con la boca, cabeceando al mínimo contacto. Su única intención, seguir al otro caballo. Y mi única intención era dar un paseo a gusto, sin tener problemas. Así que iniciamos el paseo y le di un poco de margen y poquito a poco fui tomando contacto con la boca, suavemente hasta que ya no protestaba y aceptaba ese contacto y respondía a las ayudas. Después, hubo una primera separación (me pare mientras el otro seguía). Le sentó fatal, fueron solo unos segundos y volvimos con el otro. Las posteriores fueron mucho más tranquilas, a medida que avanzaba el paseo y también el cansancio, se fue relajando, aceptándome y aceptando mi control, siempre intentando ser firme pero suave. Perdió totalmente el miedo, incluso aceptó pasos difíciles mejor que el otro caballo, que iba con su dueño y que si se monta más a menudo.
Las separaciones, después de ver la primera, fui buscando que no fuesen directas, más bien que fuesen del tipo de que el primer caballo pasa por la derecha del árbol y yo por la izquierda. Que cruzamos el río, pues yo entro por el mismo sitio pero salgo 3 metros más arriba. Ahora paso yo primero, ahora me adelanto, ahora me pongo en paralelo pero separado unos metros, ahora voy delante y le doy la vuelta al árbol y me pongo detrás. Todo de manera tranquila. Con esto conseguía que el caballo estuviese más pendiente de mí, ya que le estaba dando órdenes y aprovechando que se concentra en la orden que le doy, lo separaba del otro.
Se escapan muchos detalles al intentar resumir una experiencia de varias horas en unas líneas y probablemente la idea que quiero mostrar, no se verá reflejada exactamente.
Pero espero que valga de algo.
A pesar de aceptar casi perfectamente la separación, cuando volviamos, a cien metros de la cuadra, lo volvi a parar y se volvio a poner nervioso, se sumó la querencia al otro caballo y la querencia a la cuadra. En un dia se pueden hacer mejoras pero no milagros.
Hace unos días monte un caballito español, con ese mismo problema. Este en concreto, no está muy montado últimamente, pero si que tiene mucha querencia. No se descontrolaba pero si que trota en el sitio, anda de lado y si se vuelve un poco inconciente del peligro de las cunetas y cosas así.
Era la primera vez que montaba este caballo, no me conocía de nada ni yo a el, es más, cuando yo llegué a la cuadra, ya estaba ensillado y todo, no hubo ningún preámbulo y directamente a montar. A mi me gusta tratar un poco al caballo antes de montarlo, pero esta vez no pudo ser. Nada más subirme, ya se mostró reacio al contacto con la boca, cabeceando al mínimo contacto. Su única intención, seguir al otro caballo. Y mi única intención era dar un paseo a gusto, sin tener problemas. Así que iniciamos el paseo y le di un poco de margen y poquito a poco fui tomando contacto con la boca, suavemente hasta que ya no protestaba y aceptaba ese contacto y respondía a las ayudas. Después, hubo una primera separación (me pare mientras el otro seguía). Le sentó fatal, fueron solo unos segundos y volvimos con el otro. Las posteriores fueron mucho más tranquilas, a medida que avanzaba el paseo y también el cansancio, se fue relajando, aceptándome y aceptando mi control, siempre intentando ser firme pero suave. Perdió totalmente el miedo, incluso aceptó pasos difíciles mejor que el otro caballo, que iba con su dueño y que si se monta más a menudo.
Las separaciones, después de ver la primera, fui buscando que no fuesen directas, más bien que fuesen del tipo de que el primer caballo pasa por la derecha del árbol y yo por la izquierda. Que cruzamos el río, pues yo entro por el mismo sitio pero salgo 3 metros más arriba. Ahora paso yo primero, ahora me adelanto, ahora me pongo en paralelo pero separado unos metros, ahora voy delante y le doy la vuelta al árbol y me pongo detrás. Todo de manera tranquila. Con esto conseguía que el caballo estuviese más pendiente de mí, ya que le estaba dando órdenes y aprovechando que se concentra en la orden que le doy, lo separaba del otro.
Se escapan muchos detalles al intentar resumir una experiencia de varias horas en unas líneas y probablemente la idea que quiero mostrar, no se verá reflejada exactamente.
Pero espero que valga de algo.
A pesar de aceptar casi perfectamente la separación, cuando volviamos, a cien metros de la cuadra, lo volvi a parar y se volvio a poner nervioso, se sumó la querencia al otro caballo y la querencia a la cuadra. En un dia se pueden hacer mejoras pero no milagros.