Hola a tod@s!!!!
Hace unas semanas, os dije que traduciría un artículo, que escribio
Martín Fernández, que erá profesor de la ECAE. Con su permiso, os lo pongo para que opineis sobre el tema.
Me gustaría que hicierais una reflxion de la situación de este importantisimo trabajo, aunque como muy bien dice Martín, tan poco
valorado...
Es bien cierto que no en todos los sitios es así, pero si en la gran
mayoría...
Yo estube trabajando como moza ahora hará unos años...Por desgracia
mi lugar de trabajo no era un jardin de rosas...por que la verdad es que tanto las condiciones, las instalaciones y el estado de salud
de los caballos, era bastante precario...
Bueno aqui queda expuesto el tema!!!!
Muxos besosotes pá todos!!!!
Nika
"El mozo de cuadras"
Muchas personas consagran prácticamente toda su vida al cuidado de los caballos, atendiendo sus necesidades diarias y manteniéndolos en forma. Me estoy refiriendo al mozo de cuadras, una profesión dentro del sector ecuestre muy desvalorizada tanto desde el punto de vista laboral como salarial pero, para quienes la ejercen, muy gratificante puesto que, en definitiva, de nosotros depende que el caballo crezca fuerte y sano.
En el ?Diccionari d?hípica? editado por el Departament de Cultura de la Generalitat se define al mozo de cuadras, mozo de caballos o palafranero como persona encargada del cuidado de los caballos y de las cuadras; Sally Gordon, en su ?Manual Ilustrado de Equitación? define al mozo como persona que diariamente vigila la salud del caballo, y al mozo encargado como persona que está encargada y responsabilizada sobre todo del bienestar y de los cuidados generales de los caballos.
Es importante remarcar estas definiciones puesto que basándome en ellas realizaré mis consideraciones y, por otro lado, es obvio descartar todas aquellas tareas que no estén relacionadas, directa o indirectamente, con el cuidado del caballo.
Si se trata de caballos de competición, este puesto puede resultar muy interesante ya que el mozo juega un papel clave en el éxito del jinete y del caballo. Requiere una mayor especialización y dedicación que implica predisposición en todo momento. Si el trabajo se encuadra dentro de una explotación donde la finalidad social sea satisfacer las necesidades de ocio de los clientes o las necesidades formativas de los alumnos, se requiere una formación y experiencia más amplia.
Los conocimientos que debe tener un mozo para desempeñar correctamente sus funciones en el cuidado y manejo del caballo serán, básicamente:
-de trabajo en las cuadras (limpieza de camas, limpieza y orden de instalaciones anexas como almacenes, duchas, silos, etc)
-de limpieza del caballo y cuidado de su apariencia (entresacado, esquilado, trenzado, etc.),
-nociones sobre alimentación, veterinaria y herraje,
-cuidados y mantenimiento de prados,
-identificación y mantenimiento de equipos,
-y trabajo del caballo tanto a la cuerda como montados.
Se podría añadir algunos temas de mayor especialización como la presentación de caballos de distintas razas, cuidados de yeguas de vientre y potros, o trabajos con sementales entre otros.
Al introducirnos en el tema de la titulación, si nos enmarcamos únicamente en el ámbito estatal, este trabajo no requiere ningún tipo de título oficial puesto que no existe forma alguna de acceder al mismo; la persona es contratada, descartando a los inmigrantes, en función de su amor y dedicación a los caballos y, la mayoría de las veces, estas cualidades se utilizan como forma de explotación laboral por los empresarios o directivos de hípicas o escuelas.
Si observamos el entorno laboral actual, nos encontramos con una realidad que la mayoría de las veces no se corresponde con el análisis técnico efectuado.
Aparece entonces el dilema del número de caballos que cada mozo está capacitado para atender. Todo depende de la valoración que se tenga de la profesión en particular. Aquellos que consideran que el mozo tiene como única función la limpieza de cuadras utilizarán una persona para un gran número de caballos; personalmente conozco explotaciones donde una sola persona limpia cuadras hasta de 40 caballos. Sin duda, incluso en España, es una valoración de la profesión tercermundista. Luego están ?los entendidos en la materia? que, bien porque lo han oído a otros o bien porque pretenden justificar su estatus dentro del sector como profesionales, caen en el tópico de un mozo cada ocho o diez caballos. Es una valoración que pretende ser más razonable pero que olvida numerosas variables y que por consiguiente justifica la calificación que de ellos he realizado.
Siempre he mantenido que para poder opinar sobre este o cualquier tema es necesario, a parte de conocimientos teóricos, vivencias propias que justifiquen los argumentos. Por este motivo, mi experiencia me permite señalar que ninguno de los ejemplos señalados es correcto si pretendemos acercarnos lo máximo posible a una profesión digna y valorada como tal.
Creo que un profesional que se encarga del bienestar de los caballos debería tener entre cuatro y seis caballos estabulados a su cargo para mantenerlos en buenas condiciones de higiene y salud tanto física como mentalmente.
Una vez que partimos del hecho de que la tarea del mozo se reduce únicamente al cuidado del caballo y del entorno donde vive, realizaré un análisis introduciendo la variable tiempo para el cuidado de seis caballos.
En una jornada laboral de ocho horas se puede dedicar aproximadamente:
-1 hora para la preparación y repartición de los tres piensos,
-3 horas para la limpieza de cuadras donde incluimos:
-la limpieza de cuadras matinal,
-la revisión y recogida de heces durante el día y el arreglo de camas para la noche,
-la limpieza de comederos y bebederos,
-el traslado del estiércol desde la cuadra hasta el estercolero y el material para la reposición de la cama desde el almacén hasta la cuadra,
-el barrido de pasillos y la limpieza y orden del material de trabajo
-y la limpieza completa de los seis caballos,
Quedan pues 4 horas para realizar, entre otras, las siguientes faenas:
-quitar y poner mantas si se utilizan,
-quitar y poner vendas a aquellos caballos que lo necesitan,
-revisión y trabajos de peluquería (entresacado, esquilado, arreglo de cara y extremidades, etc.),
-realizar curaciones,
-trabajo de los caballos ya sean montados o a la cuerda o paseándolos de la mano si por temas de salud lo necesitan,
-y tareas relacionadas con las instalaciones (arreglar y ordenar la piensera; limpieza de equipos; mantenimiento de pistas y prados; arreglar el estercolero; barrido de pasillos, duchas, almacén, etc.).
Es evidente que sólo con el trabajo de los seis caballos a la cuerda se pueden tardar seis horas entre que los preparamos, los trabajamos y los dejamos en óptimas condiciones después del mismo. Aunque muchos pueden pensar que el trabajo de los caballos no corresponde a los mozos, no debemos olvidar que ejercicio y salud van relacionados, y si no hay un personal encargado del mismo, es obligación del mozo como encargado del bienestar del caballo llevarlo a cabo.
Con esta última e hipotética reflexión se pone de manifiesto que hasta con seis caballos por mozo faltaría tiempo real para llevar a cabo un cuidado de los caballos con un nivel de calidad óptimo.
Aunque soy consciente del esfuerzo económico por el coste en salarios que puede suponer mantener una explotación con este personal, todo lo que sea aumentar el número de caballos por mozo influye en una degradación progresiva de las tareas hasta desembocar en esa profesión no clasificable como mozo de cuadras que consiste en sacar estiércol diariamente de las cuadras.
Puede ser que ahora mucha gente entienda porque en la mayoría de los centros ecuestres de nivel bajo y medio, la mano de obra sea predominantemente de inmigrantes en situaciones laborales inaceptables. Pero este es otro tema y otra historia.
Martín Fernández Alcalde
Encargado de cuadras de la ECAE hasta septiembre del 2002
Hace unas semanas, os dije que traduciría un artículo, que escribio
Martín Fernández, que erá profesor de la ECAE. Con su permiso, os lo pongo para que opineis sobre el tema.
Me gustaría que hicierais una reflxion de la situación de este importantisimo trabajo, aunque como muy bien dice Martín, tan poco
valorado...
Es bien cierto que no en todos los sitios es así, pero si en la gran
mayoría...
Yo estube trabajando como moza ahora hará unos años...Por desgracia
mi lugar de trabajo no era un jardin de rosas...por que la verdad es que tanto las condiciones, las instalaciones y el estado de salud
de los caballos, era bastante precario...
Bueno aqui queda expuesto el tema!!!!
Muxos besosotes pá todos!!!!
Nika
"El mozo de cuadras"
Muchas personas consagran prácticamente toda su vida al cuidado de los caballos, atendiendo sus necesidades diarias y manteniéndolos en forma. Me estoy refiriendo al mozo de cuadras, una profesión dentro del sector ecuestre muy desvalorizada tanto desde el punto de vista laboral como salarial pero, para quienes la ejercen, muy gratificante puesto que, en definitiva, de nosotros depende que el caballo crezca fuerte y sano.
En el ?Diccionari d?hípica? editado por el Departament de Cultura de la Generalitat se define al mozo de cuadras, mozo de caballos o palafranero como persona encargada del cuidado de los caballos y de las cuadras; Sally Gordon, en su ?Manual Ilustrado de Equitación? define al mozo como persona que diariamente vigila la salud del caballo, y al mozo encargado como persona que está encargada y responsabilizada sobre todo del bienestar y de los cuidados generales de los caballos.
Es importante remarcar estas definiciones puesto que basándome en ellas realizaré mis consideraciones y, por otro lado, es obvio descartar todas aquellas tareas que no estén relacionadas, directa o indirectamente, con el cuidado del caballo.
Si se trata de caballos de competición, este puesto puede resultar muy interesante ya que el mozo juega un papel clave en el éxito del jinete y del caballo. Requiere una mayor especialización y dedicación que implica predisposición en todo momento. Si el trabajo se encuadra dentro de una explotación donde la finalidad social sea satisfacer las necesidades de ocio de los clientes o las necesidades formativas de los alumnos, se requiere una formación y experiencia más amplia.
Los conocimientos que debe tener un mozo para desempeñar correctamente sus funciones en el cuidado y manejo del caballo serán, básicamente:
-de trabajo en las cuadras (limpieza de camas, limpieza y orden de instalaciones anexas como almacenes, duchas, silos, etc)
-de limpieza del caballo y cuidado de su apariencia (entresacado, esquilado, trenzado, etc.),
-nociones sobre alimentación, veterinaria y herraje,
-cuidados y mantenimiento de prados,
-identificación y mantenimiento de equipos,
-y trabajo del caballo tanto a la cuerda como montados.
Se podría añadir algunos temas de mayor especialización como la presentación de caballos de distintas razas, cuidados de yeguas de vientre y potros, o trabajos con sementales entre otros.
Al introducirnos en el tema de la titulación, si nos enmarcamos únicamente en el ámbito estatal, este trabajo no requiere ningún tipo de título oficial puesto que no existe forma alguna de acceder al mismo; la persona es contratada, descartando a los inmigrantes, en función de su amor y dedicación a los caballos y, la mayoría de las veces, estas cualidades se utilizan como forma de explotación laboral por los empresarios o directivos de hípicas o escuelas.
Si observamos el entorno laboral actual, nos encontramos con una realidad que la mayoría de las veces no se corresponde con el análisis técnico efectuado.
Aparece entonces el dilema del número de caballos que cada mozo está capacitado para atender. Todo depende de la valoración que se tenga de la profesión en particular. Aquellos que consideran que el mozo tiene como única función la limpieza de cuadras utilizarán una persona para un gran número de caballos; personalmente conozco explotaciones donde una sola persona limpia cuadras hasta de 40 caballos. Sin duda, incluso en España, es una valoración de la profesión tercermundista. Luego están ?los entendidos en la materia? que, bien porque lo han oído a otros o bien porque pretenden justificar su estatus dentro del sector como profesionales, caen en el tópico de un mozo cada ocho o diez caballos. Es una valoración que pretende ser más razonable pero que olvida numerosas variables y que por consiguiente justifica la calificación que de ellos he realizado.
Siempre he mantenido que para poder opinar sobre este o cualquier tema es necesario, a parte de conocimientos teóricos, vivencias propias que justifiquen los argumentos. Por este motivo, mi experiencia me permite señalar que ninguno de los ejemplos señalados es correcto si pretendemos acercarnos lo máximo posible a una profesión digna y valorada como tal.
Creo que un profesional que se encarga del bienestar de los caballos debería tener entre cuatro y seis caballos estabulados a su cargo para mantenerlos en buenas condiciones de higiene y salud tanto física como mentalmente.
Una vez que partimos del hecho de que la tarea del mozo se reduce únicamente al cuidado del caballo y del entorno donde vive, realizaré un análisis introduciendo la variable tiempo para el cuidado de seis caballos.
En una jornada laboral de ocho horas se puede dedicar aproximadamente:
-1 hora para la preparación y repartición de los tres piensos,
-3 horas para la limpieza de cuadras donde incluimos:
-la limpieza de cuadras matinal,
-la revisión y recogida de heces durante el día y el arreglo de camas para la noche,
-la limpieza de comederos y bebederos,
-el traslado del estiércol desde la cuadra hasta el estercolero y el material para la reposición de la cama desde el almacén hasta la cuadra,
-el barrido de pasillos y la limpieza y orden del material de trabajo
-y la limpieza completa de los seis caballos,
Quedan pues 4 horas para realizar, entre otras, las siguientes faenas:
-quitar y poner mantas si se utilizan,
-quitar y poner vendas a aquellos caballos que lo necesitan,
-revisión y trabajos de peluquería (entresacado, esquilado, arreglo de cara y extremidades, etc.),
-realizar curaciones,
-trabajo de los caballos ya sean montados o a la cuerda o paseándolos de la mano si por temas de salud lo necesitan,
-y tareas relacionadas con las instalaciones (arreglar y ordenar la piensera; limpieza de equipos; mantenimiento de pistas y prados; arreglar el estercolero; barrido de pasillos, duchas, almacén, etc.).
Es evidente que sólo con el trabajo de los seis caballos a la cuerda se pueden tardar seis horas entre que los preparamos, los trabajamos y los dejamos en óptimas condiciones después del mismo. Aunque muchos pueden pensar que el trabajo de los caballos no corresponde a los mozos, no debemos olvidar que ejercicio y salud van relacionados, y si no hay un personal encargado del mismo, es obligación del mozo como encargado del bienestar del caballo llevarlo a cabo.
Con esta última e hipotética reflexión se pone de manifiesto que hasta con seis caballos por mozo faltaría tiempo real para llevar a cabo un cuidado de los caballos con un nivel de calidad óptimo.
Aunque soy consciente del esfuerzo económico por el coste en salarios que puede suponer mantener una explotación con este personal, todo lo que sea aumentar el número de caballos por mozo influye en una degradación progresiva de las tareas hasta desembocar en esa profesión no clasificable como mozo de cuadras que consiste en sacar estiércol diariamente de las cuadras.
Puede ser que ahora mucha gente entienda porque en la mayoría de los centros ecuestres de nivel bajo y medio, la mano de obra sea predominantemente de inmigrantes en situaciones laborales inaceptables. Pero este es otro tema y otra historia.
Martín Fernández Alcalde
Encargado de cuadras de la ECAE hasta septiembre del 2002