Leo con frecuencia y con cierta tristeza en el foro, los problemas que tienen algunos usuarios con sus caballos. Que si se retrota, que si no acepta la embocadura, que si se va a la empinada, etc.
Y veo que muchos foreros contestan intentando aportar soluciones que teóricamente son válidas para cada caso. La mayoría de ellas se leen en los libros de equitación, por lo que compruebo que hay muchos foreros muy documentados. Eso es bueno, pues en esta actividad existen muchos caballistas y pocos jinetes. (Para mí un caballista es cualquier persona que monta a caballo y un jinete el que lo hace con conocimiento).
Pero hay una cosa que no dicen los libros: Que muchos caballos presentan problemas que no tienen solución, porque son unos PENCOS.
Tengo una amiga, gran amante de los animales que hace tiempo se compró un caballo ya de cierta edad. El pobre estaba hecho al revés. Cuello de ciervo, dorso hundido y por tanto aplomado fuera de la masa. Era muy dócil y tranquilo, por lo que le servía muy bien para pasear por el campo. Pero lo tenía en una hípica donde se practicaba mucha doma clásica y ella empezó a dar clases con él. Llegó el momento que adquirió los conocimientos necesarios para exigirle al caballo que metiera los posteriores, que impulsara y que se viniera a la vertical. ¡Como lo iba a conseguir el pobre animal así construido!. Yo se lo dejé entrever y le propuse que lo vendiera y adquiriese otro mejor hecho. Se molestó conmigo por ello. (Y eso que no me atreví a decirle que lo enviase al matadero porque lo trataba y quería como a un perro).
Para mí la primera condición que ha de cumplir un caballo es que “sirva” como caballo. Casi nada. Esto es mucho más difícil de lo que parece. Ha de ser equilibrado mentalmente, fuerte físicamente, bien hecho, con los tres aires correctos y apto para adquirir una doma aceptable.
Un caballo cuesta mucho mantenerlo. Ha de responder a nuestras necesidades. Hoy con la crisis se pueden conseguir caballos muy buenos a precios razonables. (¿Cuál es el precio razonable? Ese es otro tema.)
Por eso yo animo a todo aquel que tenga problemas con su caballo porque sea un Zopenco (Hay muchos más de los que pensáis y muchos jinetes que no quieren reconocer que el suyo es uno de ellos), que se desprenda de él y busque el que le pueda dar esas satisfacciones que ahora no tiene. No vale la pena gastar el tiempo y el dinero en un Penco.
Claro que también es cierto el refrán que dice: Si quieres saber lo que vale tu potro, véndelo y cómprate otro.
Saludos.
Y veo que muchos foreros contestan intentando aportar soluciones que teóricamente son válidas para cada caso. La mayoría de ellas se leen en los libros de equitación, por lo que compruebo que hay muchos foreros muy documentados. Eso es bueno, pues en esta actividad existen muchos caballistas y pocos jinetes. (Para mí un caballista es cualquier persona que monta a caballo y un jinete el que lo hace con conocimiento).
Pero hay una cosa que no dicen los libros: Que muchos caballos presentan problemas que no tienen solución, porque son unos PENCOS.
Tengo una amiga, gran amante de los animales que hace tiempo se compró un caballo ya de cierta edad. El pobre estaba hecho al revés. Cuello de ciervo, dorso hundido y por tanto aplomado fuera de la masa. Era muy dócil y tranquilo, por lo que le servía muy bien para pasear por el campo. Pero lo tenía en una hípica donde se practicaba mucha doma clásica y ella empezó a dar clases con él. Llegó el momento que adquirió los conocimientos necesarios para exigirle al caballo que metiera los posteriores, que impulsara y que se viniera a la vertical. ¡Como lo iba a conseguir el pobre animal así construido!. Yo se lo dejé entrever y le propuse que lo vendiera y adquiriese otro mejor hecho. Se molestó conmigo por ello. (Y eso que no me atreví a decirle que lo enviase al matadero porque lo trataba y quería como a un perro).
Para mí la primera condición que ha de cumplir un caballo es que “sirva” como caballo. Casi nada. Esto es mucho más difícil de lo que parece. Ha de ser equilibrado mentalmente, fuerte físicamente, bien hecho, con los tres aires correctos y apto para adquirir una doma aceptable.
Un caballo cuesta mucho mantenerlo. Ha de responder a nuestras necesidades. Hoy con la crisis se pueden conseguir caballos muy buenos a precios razonables. (¿Cuál es el precio razonable? Ese es otro tema.)
Por eso yo animo a todo aquel que tenga problemas con su caballo porque sea un Zopenco (Hay muchos más de los que pensáis y muchos jinetes que no quieren reconocer que el suyo es uno de ellos), que se desprenda de él y busque el que le pueda dar esas satisfacciones que ahora no tiene. No vale la pena gastar el tiempo y el dinero en un Penco.
Claro que también es cierto el refrán que dice: Si quieres saber lo que vale tu potro, véndelo y cómprate otro.
Saludos.