Hala pues como os veo tan animadillos a leer os pongo el libro gordo de Petete ; este articulo se documentó en su día con veterinarios y con profesionales del caballo.
"LA CASTRACIÓN DEL POTRO; SU ORIGEN, EVOLUCIÓN Y CONVENIENCIA"
Este articulo no pretende ser un articulo de veterinaria en el que tratemos profundamente sobre la extirpación de los testículos del caballo desde el punto de vista quirúrgico, sino una reflexión acerca de los orígenes y motivos de esta práctica utilizada desde hace siglos, sus efectos en la conducta de nuestros caballos de trabajo y su conveniencia tanto por el interés del jinete como por el bienestar del caballo.
La práctica de la castración se remonta al Neolítico y es lógico pensar que en aquella época el ser humano descubriera por casualidad las consecuencias de la castración y las ventajas que tenía a la hora de manejar cómodamente a los animales. El filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.), describe dos métodos distintos de castración en su libro “Patología”. Siglos después, durante el imperio romano, Lucio Iunio Moderato Columela, (117 a.c.) nacido en Cádiz, en su obra “De re rústica” nos hace mención a conveniencia de la castración en los animales domésticos e incluso narra la practica de la castración a golpe de pulgar, método usado hasta hace pocas décadas.
El caballo ha sido a lo largo de los siglos un gran aliado en el trabajo en el campo, en la guerra y en el transporte pero son los árabes consiguen una gran especialización del caballo para la guerra .Hay un verso del Corán que nos refleja la importancia que tiene el caballo para este pueblo; “Los caballos para la guerra; los camellos para el desierto y los bueyes para los pobres”. Su abundante utilización para batallas y ofensivas bélicas trajo consigo la preocupación por estudiar su anatomía y fisiología. Son los árabes los que abundan en el estudio del herraje y las enfermedades de los équidos. Ibn Jakoub, en 695 d.c., escribió el principal libro sobre equitación y herraje y en el hace mención a la castración. En Arabia se les daba gran importancia a los caballos hasta el punto de que existían verdaderos establos-hospitales. Se denominó baytar a quienes se dedicaban al cuidado sanitario de los caballos, vocablo árabe del que proviene la palabra “albéitar”.
La medicina veterinaria en España se encuentra durante siglos más avanzada que la Europea por la gran influencia árabe de nuestra cultura. Los escritos más antiguos sobre veterinaria fueron realizados en monasterios españoles: “Liber Artis Medicinae at Ripoll” por Fray Teodorico en Valencia, sobre enfermedades de los equinos (1.200), y “El séptimo libro sobre Albeitería y Ciencia” por el monje portugués Bernardo en 1.400. Con el descubrimiento del nuevo mundo los conocimientos de Albeitería viajan a América y con ellos los usos y métodos de castración, uso necesario y universal que intentaremos exponer en este articulo.
CASTRACIÓN EN EL CABALLO VAQUERO Y DE TRABAJO
En nuestros tiempos solo una parte minoritaria del usuario ecuestre monta realmente un caballo de trabajo. Después de siglos de ser un aliado inestimable el caballo, a lo largo del siglo XX ha sido sustituido por la mecanización, aunque minoritariamente en algunos sectores continúa siendo la única alternativa para ciertos trabajos de campo relacionados con el manejo del ganado. En la actualidad sin embargo el caballo esta contemplado desde una posición radicalmente diferente y mayoritariamente es utilizado en ocio o deporte .Los actuales usuarios de caballos caemos en ocasiones en la “humanización “del caballo y esto nos lleva a cometer errores a la hora de interpretar sus necesidades o comprender ciertos usos en su manejo en épocas pasadas. El caballo de trabajo, ya fuera para la guerra, para el trasporte o para el campo, tenia que ser necesariamente un caballo castrado por razones obvias; se necesitaba de él toda su capacidad de concentración y solamente un caballo castrado podía ofrecer un rendimiento pleno.
Las yeguas tradicionalmente se han utilizado para criar, aunque aparte de gestar anualmente en muchas ocasiones eran uncidas para transportar carros o arar, incluso en ocasiones montadas, pero eran los machos castrados los caballos de silla preferentes. Un caballo de trabajo debía ser fuerte, aprovechar bien su ración de comida, permanecer atado o incluso suelto pero quieto durante horas esperando a su jinete, tanto en el campo de batalla como en el campo. La eliminación del tenesmo sexual convierte al caballo castrado en un animal más dócil, con una mayor capacidad de concentración, el descenso de los anabolizantes endógenos propicia el aumento de peso, redondea la grupa y afina el cuello. Todos hemos visto en alguna ocasión sementales cuyo comportamiento a la hora de trabajar es ejemplar, pero no podemos aplicar esto a la gran mayoría de los caballos. Hace años tan solo los sementales se conservaban enteros e incluso hemos encontrados escritos que nos narran que, al dar por terminada su etapa como reproductores, también se castraban para ser aprovechados como caballos de silla. En la segunda mitad del siglo XX, cuando el caballo pasa de ser una herramienta de trabajo tener un mayor uso para recreo, aparece la moda de los caballos de silla enteros. Una mal entendida cultura ecuestre fomenta la teoría de que el macho al ser castrado pierde la “chispa” y empezamos a ver en nuestras ferias y Romerías caballos enteros, que no actúan como sementales habituales y cuyo comportamiento en ocasiones dista mucho de la imagen ideal de un caballo serio, obediente y disciplinado a la que debemos tender.
Con esto no queremos decir que los sementales no puedan ser esplendidos caballos de silla, es más, sería aconsejable que lo fueran en todos los casos, ya que un buen semental ha de ser un animal que reúna más virtudes, tanto morfológicas como psíquicas, que defectos. Solamente aquellos individuos con buena morfología, alta capacidad física, buena aptitud para la doma y equilibrio mental deberían usarse para padrear, y evitando usar animales de carácter ingrato o con escasa capacidad de concentración a pesar de su belleza. A veces he podido ver como hay criadores que priorizan la belleza en la elección de los sementales sin pararse a pensar que ante todo un caballo es su doma y su actitud hacia el trabajo. Pongamos como ejemplo de buen criterio el semental angloárabe KAID, que montado por Juan Antonio Peña Gutiérrez, es un gran caballo de acoso, además de ser morfológicamente un animal muy hermoso.
METODOLOGÍA
La castración es una operación relativamente sencilla para la que hay varios métodos. Los testículos son órganos que a lo largo de la evolución de los mamíferos han descendido de la cavidad abdominal a fin de enfriar la temperatura, ya que los espermatozoides pierden fertilidad con el aumento de temperatura; es un sistema de refrigeración realmente. En este descenso se forman dos bolsas; el escroto; que es la piel que recubre los testículos, y la túnica vaginal, que es una invaginación del peritoneo arrastrado por los testículos en su descenso
.En primer lugar el veterinario administra un tranquilizante al équido En muchas ocasiones la castración se realiza a campo abierto, por lo que la limpieza de la zona genital es importantísima. Actualmente la clorhexidina es el desinfectante de elección en la mayoría de los casos. Después se inyecta un anestésico local en el escroto, en toda la zona testicular que se verá comprometida en la intervención quirúrgica. La castración se inicia dando dos cortes a ambos lados del escroto, uno para cada testículo. A partir de aquí podemos elegir entre abrir la túnica vaginal y extraer el testículo , disecar el cordón espermático y el músculo cremaster y emascular o dejar la túnica vaginal y emascular incluidas en ella ambas estructuras. Ambos métodos se usan en la actualidad a elección del veterinario y son igualmente satisfactorios. El tiempo aproximado de emasculado es de tres a seis minutos. Los cortes en el escroto no se suturan ya que cicatrizan de dentro a fuera y así se evita la formación de abscesos al favorecer el drenaje de los exudados que puedan producirse en los días siguientes a la intervención. Este tipo de cicatrización recibe el nombre de en segunda intención.
Los riesgos de la castración a día de hoy son mínimos aunque esta se realice en el campo. Una vez terminada la operación y en los días sucesivos procederemos a administrar antibióticos y anti-inflamatorios así como procederemos al lavado diario de toda la zona genital hasta la perfecta cicatrización .Atrás han quedado los años en los que la castración suponía un riesgo de sufrir infecciones, las mordazas que se dejaban fijadas durante días , las cauterizaciones , los riesgos de gangrena y otros usos pertenecen al pasado y solamente los veterinarios poseen potestad legal para realizarla
En muchas ocasiones oímos afirmar que no es aconsejable la castración a partir de cierta edad. La edad más apropiada es los dos años por que los testículos ya han descendido y crecido lo suficiente, con la ventaja de que no son demasiado grandes no están tan irrigados como los de un animal de mas tiempo lo que simplifica la intervención. Por otro lado el potro no ha desarrollado la libido y el proceso de adaptación a su nueva situación es más rápida. Esto no significa que no se puedan castrar animales de más edad y obtener los mismos beneficios; simplemente tendremos que esperar a que su organismo se regule después de los cambios hormonales y en ocasiones manifestaran actitudes de recuerdo de su etapa fértil; hay machos castrados que recelan yeguas e incluso pueden llegar a cubrir, por supuesto sin preñarlas, aunque no es lo habitual.
LOS PROS DE LA CASTRACIÓN
El amplio abanico de usuarios de caballos camperos o relacionados con el trabajo en el campo tiene un denominador común, y es la exigencia de que el caballo vaquero ha de ser honesto, trabajador y poco conflictivo .En ocasiones que hay que desmontar y dejar la cabalgadura atada en una rama junto a otros caballos o yeguas, al finalizar la jornada normalmente se les suelta para que descansen y se repongan. No digamos el aficionado que acude con su caballo a Ferias y Romerías. Quien de nosotros no ha visto en mas de una ocasión a un caballo relinchando y nervioso sin dejar de moverse dando una mala imagen del mundo del caballo y generalmente es un caballo entero montado por un jinete con poca experiencia y rigor a la hora manejar a su cabalgadura.
Los caballos enteros necesitan en cautividad ciertos requisitos como vivir estabulados y un manejo más específico. No pueden vivir junto a otros congéneres en un mismo espacio ni quedarse sueltos en prados comunes, por lo que no pueden socializarse con otros congéneres y por lo tanto se sienten más aislados. En libertad las manadas establecen sus jerarquía y cada individuo asume su rango y posición, pero en cautividad, metido en un box, un caballo entero que no es usado como semental puede llegar a padecer mucho stress .La función de un caballo entero en su habitad natural es mantener la manada agrupada; pastorearla. Esta necesidad natural es muy difícil de realizar desde un box cerrado, por lo que en general la ansiedad aumenta, por eso se muestra agitado relincha a menudo y esta situación se convierte en un círculo vicioso, aparte de la frustración que puede generar en el entero la necesidad de cubrir sin conseguirlo. Aunque, como hemos dicho al principio, no debemos generalizar y hay caballos enteros con un buen equilibrio mental, pero si no poseemos un ejemplar con características sobresalientes dentro de su raza y la posibilidad de padrear con el, lo mejor que podemos hacer por nuestro potro es castrarlo para garantizarle una vida más cómoda.
En resumen; Su vida se simplifica al desaparecer una de sus preocupaciones vitales. Durante el periodo de doma, que se desarrolla entre los cuatro y cinco años, en ocasiones los potros enteros se muestran descentrados pues esta etapa coincide con la plenitud sexual del caballo y la doma puede complicarse.
Otra de las ventajas que tendría la castración de todos aquellos caballos que no reúnan requisitos para ser seleccionados como sementales es la mejora en la selección racial. Si solamente utilizáramos sementales contrastados con fines reproductores la calidad de nuestra cabaña equina mejoraría ostensiblemente.
Nuestros mayores, con sus métodos más o menos ortodoxos a los ojos actuales, sabían lo que hacían pues el caballo era para ellos un trabajador más. De nada nos servirá un hermoso y fogoso caballo entero si antepone su voluntad y sus deseos a los nuestros, ni como caballo de silla ni como padre de nuestros futuros caballos.
Trofeo Ala vaquera julio 2008