A mí la palabra "doma" no me gusta, ni natural ni de la otra... es una manía que tengo. Pero lo que ha dicho Endora es un resumen perfecto de lo que podemos hacer con un caballo para facilitar su manejo, a pie y montados.
No hay
ningún caballo que no se beneficie de ser tratado así... como no hay ningún jinete que no se beneficie de leer "
La mente del caballo", de Lucy Rees.
Lo que no me gusta son las "doctrinas", y "gurús", que suelen acabar por sacar los cuartos, dando poco a cambio. Estos métodos no son propiedad de nadie... solamente son propiedad del sentido común, pues eso es lo que son: el buen juicio aplicado al manejo del caballo. Esto no es nuevo... siempre ha habido gente que lo ha hecho así, desde que se domesticaron los caballos. Lo que pasaba entonces es que los brutos eran más que los juiciosos... y ahora pasa lo mismo, aunque los brutos visten fino, usan términos "técnicos", y disfrazan la violencia de "necesidad".
Sobre montar sin embocadura, tristemente se suele reducir el concepto a llevar al caballo con la cabezada de cuadra... a mí, la verdad, no me gusta en absoluto, porque no está hecha para eso, se mueve, y a un caballo nervioso acaba irritándole, al subirse y bajarse, en vez de calmarle.
Tenemos instrumentos más que suficientes para hacer todo lo que queramos con un caballo sin meterle nada en la boca... desde pasear tranquilamente por el campo, a saltar en un concurso, o hacer ejercicios de la mayor dificultad.
Solamente es cuestión de saber qué queremos hacer con nuestro caballo, y escoger el instrumento adecuado. Así de sencillo... y más aún: el caballo obedece igualmente, pero se defiende mucho menos. No quiero decir que no se usen embocaduras... pero que se usen sabiendo que no son imprescindibles, y que todo el tiempo que se emplea en corregir las defensas que provocan, puede emplearse en enseñar cosas más útiles a nuestros caballos.
Lo que hay que tener claro es que quitar y poner instrumentos no sustituye la buena educación... para que un caballo pare o se recoja, hay que enseñarle a parar y recogerse bien, con mano suave y con paciencia. Ningún instrumento se lo enseñará por arte de magia... aunque unos facilitan más que otros la labor, y acortan el tiempo necesario, lo que no me parece poca ventaja.
Es cierto que muchas de las defensas ante el bocado o filete se pueden evitar, de diversas maneras, pero... ¿merece la pena provocar una defensa, para luego emplear el tiempo y el calor natural en quitarla... en vez de prescindir de lo que la provoca, siendo sustituible?. Yo tengo clara la respuesta: no volveré a meter hierro en la boca de mi caballo. Ya tengo los cuatro o cinco filetes y bocados arrumbados por ahí, con el resto de trastos viejos.
Saludos a todos.
