Es una cuestión ética difícil esta: el tono de esas preguntas no merece respuesta, pero quienes leen con interés sí merecen que se respondan. :?
ecijano dijo:
Algunos optaban por un serretón, si y qué, es que ese era el mejor, ¿tenía la verdad absoluta?
No... pero, ¿eran los peores, tenían los "absolutos errores"?.
Solamente quiero dejar claro que hubo Maestros que hicieron sus caballo con el cabezón (plano o con serreta)
en todos los aires. No recomiendo a nadie que lo haga así... sólo digo que se puede hacer, y que se ha hecho ya. Y que les ponían el bocado, cuando (así lo dejó escrito alguno) les servía más de adorno, que de otra cosa.
Y entonces tenían a gala los jinetes llevar los caballos sin apenas mandar su boca... algunos ponían hilos de seda, en vez de riendas, para mostrar el poco o ningún apoyo que necesitaban sus caballos en la embocadura.
ecijano dijo:
Seguir soltando rienda para salir a galopar, seguir con las piernas separadas, vaya a ser que el caballo salga corriendo, seguir..seguir, que seguramente os vaya muy pero que muy bien en los paseos por el campo.
Toda ayuda que se aplica constantemente hace perder sensibilidad... esto es una verdad admitida por casi todos los que conocen los caballos. El apoyo constante de la embocadura (o del freno que sea), y la presión constante de las piernas (si no es la de su propio caer) no son prácticos para montar en el campo... fatigan al caballo y al jinete sin necesidad, y hacen que cuando haya que dar ayudas de verdad, estas tengan que ser más fuertes de lo necesario.
Otra cosa sobre las riendas en el campo... llevándolas con un contacto "de pista", el caballo se llevará tirones, porque
el terreno no es regular y necesitará, para coger equilibrio, cierta libertad de estirar el cuello.
Con la postura pasa lo mismo. Lo primero, adquirir equilibrio, y asiento. Luego, para montar muchas horas, la postura mejor es aquella en que cada parte del cuerpo queda en su lugar por efecto de la gravedad... de no ser así, habrá que hacer fuerza para mantenerla, lo que cansa al jinete, no deja acompañar el movimiento del caballo, ni permite dar con suavidad las ayudas, al haber tensión en los músculos. Resumiendo: cuerpo recto, asiento algo adelantado para acompañar mejor el movimiento con los riñones, piernas donde caen por su peso (con los estribos a una medida que lo permita, y brazos a los lados, sin forzarlos adelante ni atrás. Así, cada parte queda libre para dar las ayudas a tiempo, con soltura y midiendo la fuerza.
De las ayudas, hemos hablado tanto... pero vayan otra vez, ya que las piden con tanta amabilidad:
- Para salir adelante: arrimar las pantorrillas, empujar ligeramente con el cuerpo, y
abrir la mano al caballo, dejándole libertad para arrancar.
- Para salir al galope desde el paso: mismas de salir, pero haciéndolas sentir más del lado de fuera.
- Para parar: pantorrillas, cuerpo ligeramente atrás, y mano reteniendo con suavidad (a intervalos en los potros).
- Media parada: como la parada, pero muy sutil.
- Para dar atrás: cuerpo ligeramente atrás, mano que retiene suavemente, haciendo ceder con cuidado de no forzar, solamente señalando. Para salir inmediatamente, arrimamos pantorrillas, empujamos más con los riñones, y cedemos con la mano. Así se aligera enormemente un caballo a las ayudas de parar y partir.
Naturalmente, nada de esto me lo invento yo: está escrito, bien claro, y desde hace mucho. No hace falta interpretarlo como un oráculo... solamente leerlo, y aplicarlo.
Todas estas ayudas son sencillas de hacer para el jinete, y de entender para el caballo... todas son combinaciones simples, en que que cuerpo, piernas, y mano, se llaman entre sí, haciendo de varios movimientos uno solo, fácil de asociar para el animal.
Las ayudas complejas solamente funcionan cuando ambos, jinete y caballo, están plenamente dedicados a darlas y entenderlas con toda su atención puesta en ellas, como sucede en la pista de un premio de Doma. En el campo esto pocas veces es posible: hay mil animales, distracciones, imprevistos, y peligros, que impiden la ejecución de las órdenes complicadas... pretender luchar contra este fenómeno, que es inevitable, lleva a la frustración. Ni hombres ni animales son capaces de hacer ni entender movimientos complejos en momentos de agitación... no es cuestión de aprendizaje: la Naturaleza nos ha hecho así.
Sobre las demás lindezas (si son insultos o no, irá en opiniones... yo, desde luego, no hablo así a quien no quiera ofender) que me has dedicado... me enseñaron a no contestar a cosas semejantes, y ahí se quedan, para que quien las lea, saque las conclusiones que mejor le cuadren.
No discutamos... como diría Don Quijote:
Quédese aquí, y no haya más... que habría mucho que decir en ello.
Un abrazo.