Si estáis decididos a quitarle la manía, evitad la pelea en este herraje (dejándo el animal descalzo, si es preciso, hasta que aprenda)... o se retrasará el éxito.
Para mi gusto, lo único que sirve en estos casos es la perseverancia, mezclada con una parte de paciencia, y con sus buenas medidas de astucia... este ingrediente es muy importante, el anticiparse al caballo, y que no sea al revés. Con esta receta, raro es el caballo que no se deja coger los pies... aunque muchos tienen un "pie tonto" que, de cuando en cuando, no les apetece dar.
¿Se deja hacer todos los demás cuidados sin defenderse?. Es muy importante que todo se haga bien a la vez, que se deja empujar y mover, llevar adelante, atrás, y de lado... en fin, que ceda a todo lo que se le hace, sin aspavientos ni tremolinas. No es lo mismo resolver un problema, que "un problema más".
Descartando que tenga algún dolor que no le deje levantar ese pie (teniéndolo contigo le habrás visto cocear, caminar y trotar), yo le cogería las manos varias veces al día, pero a los pies los trataría como si fuesen de un potro cerril: las primeras veces, tras coger las manos, o entre ambas, solamente le acariciaría la cadera; luego, bajaría acariciando, hasta que deje llegar al pie; logrado esto, probaría a sujetárselo, sin tratar de moverlo... otra vez, a moverlo, sin sujetarlo, como quien juega, sin darle importancia; cuando los deje mover y sujetar, los iría sosteniendo hacia adelante, luego hacia atrás... En fin, tomarlo como un juego, "riéndonos" de sus recelos (es un decir, no hay que ser temerarios), y premiándole cada concesión nueva como si fuese un logro inmenso.
Por cierto... si las defensas son muy violentas, convendría que estuviese sin herraduras en los pies, para hacer menos peligroso el aprendizaje.
Saludos... y suerte.