Pues lo dicho, ayer la monté, no sin antes estar un buen rato con ella para que me reconociera; y sorpresa... con sus 17 años, tiene un motor más que envidiable, de verdad, la yegua tiene genio y vitalidad sobrados; además es muy mansa para aparejarla acercarse y demás, pero con la silla y la cabezada y en el campo va más que alegre, eso sí está algo flaca, por lo que quizá tarde algo en poner fotos. Ya os contaré. Feliz finde.